Pedro Sánchez durante su comparencencia. AFP

Sánchez cita la amnistía por primera vez, pero se desvincula de la propuesta de Díaz

Admite, utilizando la palabra tabú, que busca superar las «consecuencias judiciales» de la «mayor crisis territorial» del país

Viernes, 6 de octubre 2023

No lo había hecho hasta ahora, pero este viernes, en su comparecencia tras el Consejo Europeo informal celebrado en Granada, Pedro Sánchez rompió el tabú. Por primera vez desde el 23 de julio el presidente del Gobierno en funciones evitó los eufemismos y utilizó la ... palabra 'amnistía', a la que se refirió como «una forma de tratar de superar las consecuencias judiciales de la situación que vivió España con una de las peores las crisis territoriales» en el otoño de 2017, con el referéndum ilegal del 1-0 y la fallida declaración unilateral de independencia en Cataluña. Aun así, no dio muchas pistas de cómo pretende articular esa medida que los secesionistas exigen a cambio del apoyo a su investidura. Solo dejó claro que su propuesta no es la de Sumar, el socio con el que pretende reeditar el Gobierno de coalición.

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Los socialistas lo advirtieron siempre: la negociación sobre la amnistía con los partidos independentistas, especialmente con Junts, les corresponde a ellos y Sumar será, en este caso, un mero convidado de piedra. La posición no ha cambiado. Pero por si había dudas, y para que no hubiera que esperar al pronunciamiento del jefe del Ejecutivo a media tarde en el foro comunitario, el ministro de presidencia en funciones, Félix Bolaños, ya había salido al mediodía al paso del anuncio de Yolanda Díaz de que el martes hará público por fin el documento sobre la polémica medida, encargado hace varias semanas por su formación a un grupo de veinte juristas capitaneado por el catedrático en Derecho Penal Nicolás García Rivas. Y el ministro lo dejó claro.

Bolaños, hombre de la máxima confianza de Pedro Sánchez y miembro del comité de negociación para la investidura, advirtió de que el texto – que, según avanzó 'El Periódico', plantea exonerar todas las «acciones» tipificadas como «infracción penal o administrativa» cometidas por los secesionistas desde 2013 para lograr la independencia de Cataluña, lo que se extiende también a las relacionadas con la consulta del 9 de noviembre de 2014 organizada por Artur Mas– refleja «la posición y el análisis político de Sumar» pero no el suyo o del presidente del Gobierno. «Es un documento sin duda respetable, pero no es la posición del PSOE», insistió.

Sánchez alegó horas después en Granada que aún es pronto para ofrecer detalles. «Yo no puedo anticipar un acuerdo hasta que no se produzca porque estamos en plena negociación. Lo que puedo garantizar es que va a ser transparente, público y que el objetivo –dijo– es hacer lo que hemos venido haciendo: políticas de progreso y convivencia en el marco de la Constitución». «No habrá acuerdo hasta que todo este acordado», remató.

El jefe del Ejecutivo en funciones evitó cualquier reproche a Díaz, pero en su partido sí reconocen cierto malestar por lo que creen un afán de protagonismo que introduce «ruido» en un contexto muy espinoso. El ala socialista del Gobierno ya evidenció su incomodidad cuando la vicepresidenta segunda decidió viajar a Bruselas el pasado 4 de septiembre para reunirse personalmente con Carles Puigdemont, aunque hay quien reconoce también que aquella foto ha podido servir para «normalizar algunas cosas» e ir allanando el camino a la polémica amnistía para los encausados del 'procés'. Una medida que la dirección del PSOE rechazaba hace tan solo dos meses por «inconstitucional» y que ha hecho saltar las alarmas de importantes dirigentes históricos del partido.

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«Paso corto y vista larga»

Díaz sostiene que Sánchez y ella trabajan de manera totalmente coordinada. «Mi agenda catalana está compartida; él está en Granada y yo aquí (en Barcelona)», dijo en una entrevista en Radio 4.    En Moncloa, sin embargo, tienen especial interés en ser ellos quienes manejen los tiempos en un asunto que, admiten, es delicado. «Trabajemos con mucha intensidad, con mucha discreción, sigamos esta fórmula que se puede resumir de manera bien fácil: paso corto y vista larga. Sigamos trabajando para conseguir un Gobierno que haga mejor a nuestro país desde el punto de vista político», le reclamó Bolaños.

Los socialistas no quieren que la conversación pública generada por la investidura de su jefe de filas gire exclusivamente en torno a la amnistía . Pretenden que en las próximas semanas cale la idea de quelo que en realidad se persigue es un bien superior, no solo la «concordia» o la «convivencia» en Cataluña, sino la posibilidad de seguir implementando políticas para una «mayoría social». «Nuestro objetivo no es otro que tener una legislatura de avances en lo económico, en lo social, en materia de igualdad... De eso va la negociación –arguyó el ministro–; de eso van las negociaciones».

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