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Iglesias y Sánchez, en enero de 2020. Susana Vera / Reuters | Vídeo: EP

Podemos presiona a Sánchez y se desmarca de unos Presupuestos con Ciudadanos

Calvo insiste en la puerta abierta a todos y puntualiza que las cuentas no serán «cien por cien» las que querría el Gobierno de coalición

Nuria Vega

Madrid

Viernes, 28 de agosto 2020

No es nueva la resistencia de Podemos a un pacto presupuestario con el partido de Inés Arrimadas, pero sí muy importante en vísperas de la ronda política que emprenderá la próxima semana Pedro Sánchez. El jefe del Ejecutivo, sin garantías a día de hoy de ... poder salvar las cuentas públicas, trata de ampliar la red de posibles apoyos parlamentarios y, lejos de cerrar la puerta a los liberales, les dispensa un trato preferente. En este escenario, la formación de Pablo Iglesias lanzó este viernes una advertencia: «El PSOE sabe que con nosotros no va a contar para unos Presupuestos con Ciudadanos y confiamos en que cuide la mayoría que sustenta este Gobierno».

Lo que argumenta la portavoz de Podemos, Isa Serra, es que un proyecto de enfoque social es incompatible con el respaldo de la derecha. Más contundente aún, sostuvo este viernes en rueda de prensa que para asegurar unos Presupuestos con esa orientación el PP y Ciudadanos no pueden tener «ni voz ni voto».

La vía por la que apuesta su partido es la de reconstruir la mayoría que permitió la investidura de Pedro Sánchez. La presión, sin embargo, de una precampaña indefinida en Cataluña dificulta que Esquerra, socio entonces preferente, pueda entrar ahora en la fórmula. Los independentistas, de hecho, han ido alejándose durante la crisis sanitaria y piden estos días al Ejecutivo un «cambio de actitud» ante «el conflicto político» catalán para abordar las cuentas.

El pulso interno en el Gobierno, en todo caso, parece garantizado. Ya en julio, Pablo Iglesias sostuvo que un Ejecutivo en el que esté Unidas Podemos es «incompatible con acuerdos en cuestiones trascendentales» de los Presupuestos con quien «gobierna con la ultraderecha». Se refería al apoyo parlamentario de Vox en territorios encabezados por PP y Ciudadanos como la Comunidad de Madrid, la Región de Murcia o Andalucía. Días antes, sin embargo, sí había reconocido la legitimidad de los socialistas para emplazar a los liberales a participar en el pacto, aun escéptico sobre el resultado.

A principios de agosto, volvieron los roces. El encuentro en la Moncloa entre una delegación del Ejecutivo encabezada por Carmen Calvo y otra de Ciudadanos generó tensiones entre Unidas Podemos y el PSOE. La ministra de Igualdad, Irene Montero, dejó claro que los suyos no estaban en la operación de acercamiento a los liberales. «Ciudadanos -escribió en Twitter- gobierna gracias a Vox, por eso no es creíble que vayan a apoyar las políticas centrales del Gobierno de coalición. Quien mira hacia la derecha no es el Gobierno, sino una parte de él. Cumplir el acuerdo implica cuidar la mayoría parlamentaria que lo hizo posible».

En todo este tiempo, sin embargo, en el entorno de Sánchez y en Hacienda han procurado no tapar ninguna vía para buscar un acuerdo lo más amplio posible. En estos Presupuestos se juegan el sostenimiento de la legislatura. Y, guste más o menos, incluso en las filas socialistas, Ciudadanos es una opción para el PSOE.

La vicepresidenta aprieta al PP: «Si no entiende que es el momento de ayudar, ha perdido la brújula de las necesidades del país»

En este sentido, cobran relevancia las declaraciones de este viernes de Calvo en las que daba por sentado que las cuentas no serán «cien por cien» las que querría el Ejecutivo de coalición. Es decir, que las cesiones son inevitables. «Serán unos Presupuestos -dijo en una visita a Mérida- negociados y, por tanto, con matices».

Estrategia rota

Por otro lado, el aviso de Podemos ha roto la estrategia diseñada por la Moncloa. Antes de reunirse la próxima semana con Pablo Casado y otros líderes políticos, Sánchez ha organizado para el lunes un acto en el que se rodeará de empresarios y de representantes de la sociedad civil para hacer una llamada a la unidad para afrontar las derivadas de la epidemia. El movimiento parece claramente orientado a meter presión al PP, que llega al inicio de curso con un preaviso: ni Presupuestos ni renovación del CGPJ.

El Ejecutivo intenta estrechar el margen de los populares para quedarse fuera del acuerdo o poner en evidencia su no al pacto. «Si un partido tan importante como el PP y el propio señor Casado no entienden -censuró Calvo- que este es el momento de ayudar a su país y que eso requiere sacar adelante algunas cuestiones de manera consensuada, lamentablemente es que el PP ha perdido la brújula mínima sobre las necesidades de España». El veto de Podemos, sin embargo, abre grietas en este discurso.

Mientras, el PP no ha variado su posición sobre los Presupuestos. Fuentes populares descartan negociar con un Gobierno liderado por Sánchez y del que Unidas Podemos forma parte. El portavoz del partido en el Senado, Javier Maroto, reducía este viernes, además, la ronda del jefe del Ejecutivo a mercadotecnia: «La vacuna que plantea frente al virus es otra vez el marketing; en esta ocasión, con una nueva batería de reuniones para hacerse fotos».

Apenas 24 horas antes, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de la confianza de Iglesias, había afeado la actitud de los populares. «No se puede excluir a nadie -sentenció en RNE antes de que Podemos marcara hoy de nuevo distancias con Ciudadanos-, y menos en pandemia».

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