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Iglesias da su última batalla en el Gobierno por la ley de vivienda y tensa de nuevo la coalición

Iglesias da su última batalla en el Gobierno por la ley de vivienda y tensa de nuevo la coalición

El PSOE espera llegar a un acuerdo pero se niega a cambiar el fondo de la norma y Podemos avisa que es una línea roja

Jueves, 18 de marzo 2021, 18:50

El futuro de la legislatura empieza a coger color oscuro. Las habituales fricciones entre PSOE y Unidas Podemos han dado un paso cualitativo con el borrador de la ley de vivienda. Los socialistas sostienen que se ciñe al acuerdo de coalición pero los morados ... dicen que no. Nada nuevo si no fuera por la amenaza de Pablo Iglesias de que esta vez no van a ceder y están dispuestos a tumbarla en el Congreso.

La escalada de tensión coincide con las últimas horas del vicepresidente segundo en el Consejo de Ministros y no quiere irse con una derrota en el zurrón. Cuando anunció el pasado lunes que dejaba el Gobierno para ser candidato en las elecciones de Madrid avisó que iba a dar la batalla para que la ley recogiera una regulación de los contratos de alquiler de las viviendas. Un tema que no es menor dado que la bajada y control de los precios en los arrendamientos es una de las banderas fundacionales de Podemos. Quiere que sea su legado.

Pero los planes de Pedro Sánchez van por otro lado. El ministro de Transportes y Agenda Urbana presentó el miércoles a sus socios una propuesta que apostaba por las bonificaciones fiscales para estimular la oferta de arrendamiento de inmuebles y empujar así una caída de los precios. En el texto no había ni rastro de los topes a las mensualidades. José Luis Ábalos argumenta que este sistema para abaratar el coste del alquiler ha fracasado en otras capitales, como París o Berlín.

El punto 2.9.3 del acuerdo de coalición reza que «se impulsarán las medidas normativas necesarias para poner techo a las subidas abusivas de precios de alquiler». Iglesias lo recordó este jueves y avisó: «Los acuerdos están para cumplirse». Garantizó también que Unidas Podemos «no va a consentir» que se incumpla el pacto porque sería faltar «al respeto a los ciudadanos». La ministra de Igualdad, Irene Montero, abundó -«lo que se firma es palabra sagrada»- y elevó el tono: «Si se cumple (el acuerdo) no habrá ruido ni tensiones».

En Unidas Podemos interpretan que el PSOE se niega a topar los precios del alquiler por presiones de las empresas inmobiliarias y la banca. El diputado Rafael Mayoral, muy cercano a Iglesias, apeló en Twitter al PSOE para que «no alimente al tigre de la especulación» y cumpla el acuerdo firmado con su partido.

Derrota en el Congreso

De no ser así, los morados están decididos a forzar la caída en el Congreso de la ley de vivienda que presente el Gobierno. Pueden hacerlo porque sus postulados sobre los alquileres los suscriben, con la excepción del PNV, las fuerzas del bloque de la investidura, y además el PP tampoco está de acuerdo, por distintos motivos, con el proyecto de Ábalos.

De materializarse la amenaza la coalición podría llegar a un punto de no retorno a pesar de los insistentes mensajes tranquilizadores que lanzan Sánchez y sus ministros sobre el futuro del Gobierno y su estabilidad. Tesis que compartía Unidas Podemos hasta hace poco, pero que con el recrudecimiento de las tensiones la ha puesto en sordina. La próxima salida de Iglesias del Ejecutivo es un elemento más que contribuye a poner en duda la buena salud de la alianza.

Unidas Podemos advierte de que los acuerdos «están para cumplirse» porque lo que se firma es «palabra sagrada»

La sección socialista del Gobierno trató, como siempre, de minimizar la confrontación. Los ministros que este jueves salieron a la palestra insistieron que la propuesta de ley de vivienda cumple el acuerdo de coalición, pero también dejaron car que no está en sus planes dar marcha atrás.

La vicepresidenta Carmen Calvo situó el nuevo encontronazo en el terreno de «las diferencias de matiz» y afirmó que «los acuerdos de gobierno tienen contenidos que no están en los acuerdos, y que hay que acordar». Dicho de otra forma, el pacto de coalición dice lo que dice en términos generales pero después hay que llevarlo a la práctica, y para ello los socialistas y Podemos deben de consensuar la letra pequeña.

Apuntó que el PSOE, como socio mayoritario con 120 escaños, tiene que «interpretar bien» el sentir de la sociedad, y no solo el de una parte de ella. En definitiva, el Gobierno tiene que conjugar intereses, en este caso de inquilinos y propietarios.

Los socialistas sostienen que las diferencias con su socio sobre los alquileres son solo de «matiz» y hay «espacio» para el acuerdo

La ministra de Hacienda también dejó claro que la vía de regular los alquileres que defiende Podemos tiene poca viabilidad porque presenta «problemas jurídicos». La intervención en el mercado, señaló María Jesús Montero, tropieza con «los límites» que establece la Constitución. Mas conciliador se mostró el ministro de Transportes y Agenda Urbana que considera que hay «espacio» para que las posturas de ambos socios de Gobierno confluyan. Ábalos, responsable de las negociaciones, señaló que hay acuerdo entre ambos sobre los objetivos de la ley, las discrepancias surgen con «los instrumentos» para alcanzar las metas buscadas.

Pero más allá de las especifidades, el PSOE y Unidas Podemos se encuentran quizás en el momento más delicado de sus 14 meses de coalición. Las divergencias se han agudizado en los últimos meses con el Ingreso Mínimo Vital, el salario mínimo, las leyes de igualdad, por no hablar de los enfoques opuestos sobre la Corona. Lo más peliagudo en esta ocasión es que el control del alquiler de la vivienda y la lucha contra los desahucios son banderas fundacionales del partido morado, e Iglesias no parece dispuesto a renunciar a esos principios en aras de la buena convivencia dentro del Gobierno.

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