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«Las discusiones del Consejo de Ministros, se quedan dentro de él». Esta frase pronunciada por Pablo Iglesias en febrero, cuando la coalición sufrió su primera crisis seria a cuenta de la ley de libertades sexuales, tardó muy poco en caducar. A lo largo de ... todos estos meses, las discrepancias entre PSOE y Unidas Podemos se han vuelto más notorias, hasta el punto de ver a una secretaria de Estado, Ione Belarra (Agenda 2030), criticar abiertamente en redes sociales a la ministra de Defensa, Margarita Robles –«la favorita de los poderes que quieren que gobierne el PP», escribió hace dos semanas–. Pese a estos encontronazos, que no entró a valorar, el vicepresidente segundo aseguró este lunes que el Gobierno «aguantará hasta el final de la legislatura» y que «es lógico que haya tensiones en un Ejecutivo de coalición» porque «forma parte de su propia cultura».
Iglesias reconoce que mantiene reuniones semanales a solas con el presidente, Pedro Sánchez, y que ambos buscan soluciones «en privado» cada vez que la coalición necesita «que las aguas vuelvan a su cauce», tal y como afirmó en una entrevista en 'AlRojoVivo'. Conversaciones que han ido sustituyendo paulatinamente a la Comisión de Seguimiento del Pacto de Coalición, que no se reúne desde el pasado 16 de julio, como forma más ágil, aunque menos colegiada, de taponar las vías de agua.
En Unidas Podemos se esfuerzan por destacar que estas «discusiones» han propiciado «una mayoría por la izquierda para salvar los Presupuestos del Estado». «Si estas discrepancias han dado este resultado, bienvenido sea. En política, las cosas buenas a veces son resultado de las tensiones», remarcó Iglesias.
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Mientras Ciudadanos era una opción «más cómoda» para algunos ministros del PSOE, el vicepresidente segundo se empeñó en tejer una red de apoyos con EH Bildu y ERC para forzar a sus socios a pactar los Presupuestos «por la izquierda» y, al mismo tiempo, sacar a los liberales de la ecuación. Los arietes fueron la futura ley de vivienda –que incluirá la regulación de los precios del alquiler– y la prórroga de los desahucios, que Iglesias espera que llegue «muy pronto».
El sector morado del Gobierno defiende que pactar con el bloque de la investidura – «ahora ya se pueden llamar el bloque de la legislatura», puntualizó Iglesias– ha dotado a la coalición de una cómoda mayoría parlamentaria sin renunciar a su propia marca. Pero al mismo tiempo, este movimiento ha removido los cimientos del PSOE, donde cada vez más voces críticas, desde las bases hasta sus barones, piden a Sánchez que impida a los morados seguir tensionando el Gobierno, máxime cuando esta estrategia se hace «de la mano» de la izquierda 'abertzale'.
Una cuestión, la de la creciente participación de Bildu en la política nacional, que al líder de Podemos le parece «la mejor noticia para la democracia española». Según el vicepresidente, «Bildu ha realizado un recorrido ético para condenar la violencia mientras que dirigentes del PP viven en la inmoralidad permanente», dijo tras considerar que el partido que preside Pablo Casado «sellan pactos con quienes reivindican el franquista», en referencia a Vox.
No tan estuvo seguro Iglesias cuando le preguntaron por la escasa información que ha ofrecido el Gobierno respecto al Rey emérito tras su salida de España el pasado 3 de agosto. «Me encantaría poder informar, pero no está dentro de mis competencias. Su huida generó mucho malestar dentro del Gobierno. No es aceptable para la ciudadanía que este Ejecutivo no informe», zanjó.
También evitó expresar su opinión cuando la crisis migratoria en Canarias se puso sobre la mesa. Iglesias admitió que «es un tema difícil» y no le gustaría «asumir una responsabilidad como la del ministro del Interior».
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