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Felipe VI durante un momento del discurso. REUTERS | Vídeo: ATLAS

Felipe VI reivindica «el espíritu renovador» que inspira su reinado

Mensaje de Navidad del Rey ·

El Rey advierte que los «principios éticos y morales» están por encima de la familia y defiende que la Constitución obliga «a todos»

Jueves, 24 de diciembre 2020

La exigencia de transparencia y ejemplaridad a la que Felipe VI se comprometió en su discurso de proclamación está por encima de todo, incluso de los lazos familiares. Así lo demostró el pasado 15 de marzo, recién estrenado el estado de alarma, cuando rompió ... amarras con su padre para intentar proteger la Corona de la sombra del que durante décadas fue su principal valedor. Así lo ha vuelto a reafirmar esta noche: «Los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas nos obligan a todos sin excepciones». En su tradicional discurso de Nochebuena ha subrayado que esos principios «están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares». No ha mencionado a su padre, pero no caben dudas de que era el destinatario de su mensaje.

Desde que accediese al trono en junio de 2014, el monarca se ha marcado como objetivo prioritario velar por la dignidad de la institución, pero en los últimos meses no le ha sido fácil preservar su prestigio. Nadie pone en cuestión a estas alturas que las actuaciones de Juan Carlos I no se corres­ponden con la «conducta íntegra, ­honesta y transparente» que su sucesor prometió ante el Congreso hace seis años y medio. Tampoco su hijo. Felipe VI fue el primero en reconocer las malas praxis de su padre al atesorar en el extranjero recursos de orígenes oscuros y el que tomó la decisión de instarle a abandonar España. Renunció también a la herencia que pudiera corresponderle de la fortuna opaca al fisco de don Juan Carlos e incluso le retiró la asignación económica anual, demostrando que no se arredraba a la hora de tomar decisiones drásticas para salvaguardar a la Corona. «Así lo he entendido siempre, en coherencia con mis convicciones, con la forma de entender mis responsabilidades como Jefe del Estado y con el espíritu renovador que inspira mi Reinado desde el primer día», ha remarcado esta Nochebuena.

Aunque, en estos meses, el monarca ha marcado distancias con su padre, eran muchos los que esperaban que hoy censurase de forma clara su comportamiento. Quizá que recurriese a una fórmula similar a la que el propio Juan Carlos de Borbón utilizó en 2011 cuando el 'caso Nóos' era el que erosionaba a la Corona y aseguró que «todos somos iguales ante la ley», en referencia a su yerno Iñaki Urdangarin. Pero la Zarzuela ha huido de los entrecomillados fáciles y ha optado por una reflexión sobre la crisis que se vive dentro de la Familia Real.

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Tampoco ha hecho referencia al desgaste que sufre la institución como consecuencia de la situación judicial del rey emérito. Los escándalos de Juan Carlos I, que el 3 de agosto se trasladó a Abu Dabi y acaba de pagar 678.000 euros para regularizar su situación con Hacienda y neutralizar una de las tres investigaciones que tiene abiertas la Fiscalía del Supremo, han golpeado con fuerza a la monarquía y han dado munición a Unidas Podemos, a Esquerra y al resto de los partidos republicanos para reactivar el debate sobre el modelo del estado.

Si Felipe VI ha incidido en el espíritu renovador de su reinado, tampoco se ha olvidado de que la Constitución es la guía de sus actos y que debe ser la de todos. Ha recordado que «todos tenemos el deber de respetar el texto constitucional» porque es «el fundamento de nuestra convivencia social y política». Una apelación que no es gratuita tras la proliferación en las últimas semanas de mensajes anticonstitucionales y golpistas de grupos de militares retirados, que han solicitado incluso su intervención para frenar la, a su entender, deriva «comunista» y rompedora de la unidad de España del Gobierno de Pedro Sánchez. La Carta Magna -ha resumido el Rey- es la «historia, un éxito de y para la democracia y la libertad».

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Superar la pandemia

El monarca ha dedicado la mayor parte de su discurso a la situación generada por la pandemia que ha derivado en una crisis social y económica que ha cambiado la vida de los españoles y del resto del mundo. En una Nochebuena atípica, con restricciones a la movilidad y a las reuniones familiares, Felipe VI se ha mostrado solidario con el dolor de quienes han perdido a un ser querido, la angustia de los que se han quedado sin empleo o apenas llegan a cubrir las necesidades básicas o de quienes aún luchan contra la covid y sus secuelas. A todos ellos les ha querido transmitir su «ánimo y afecto».

El jefe del Estado ha reconocido que la situación actual «es grave». «El virus –ha subrayado- ha irrumpido en nuestras vidas trayendo sufrimiento, tristeza o temor; ha alterado nuestra manera de vivir y trabajar, y ha afectado gravemente a nuestra economía, incluso paralizando o destruyendo muchas empresas». Aún así, ha mostrado de nuevo su confianza en la capacidad de la sociedad española para superar este trance y «afrontar el futuro con determinación y seguridad».

No bajar la guardia

En su alocución, el Rey ha apelado a la responsabilidad individual como «instrumento efectivo» de lucha contra el virus y ha instado a los ciudadanos a mantenerse prevenidos en todo momento. Aunque considera que la llegada de las vacunas arroja «esperanza» y se comienza a vislumbrar por fin la luz al final del túnel, don Felipe no cree que haya que «bajar la guardia» todavía.

El monarca ha querido además tener unas palabras de agradecimiento para todos los que han luchado en primera línea contra la pandemia, que «hicieron frente a los primeros embates del virus en situaciones extremas y también de desbordamiento en algunos de nuestros hospitales» y que hoy «siguen afrontando esta lucha con una gran carga emocional y física sobre sus espaldas». También para los trabajadores esenciales (militares y policías, reponedores o cajeras de supermercados) que han estado al pie del cañón todos estos meses y que han demostrado «su vocación de servicio y su plena sintonía con nuestra sociedad».

Recuperar y modernizar la economía

Durante los trece minutos que ha durado su discurso navideño, Felipe VI ha vuelto a llamar a la unidad de todos los españoles para superar este bache sin precedentes y recuperar la maltrecha economía. En su opinión, es necesario «proteger a los más vulnerables» y luchar contra las desigualdades que la pandemia ha creado o ha agravado». «Como ciudadanos -ha subrayado-, nos compromete y nos obliga a todos».

El Rey ha aludido también a los fondos europeos que ayudarán a relanzar la economía tras el impacto del coronavirus y a «adaptar nuestras estructuras productivas a la nueva revolución industrial, tecnológica y medioambiental que vivimos».

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