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Sucesión de instantáneas tras el mensaje del Rey que reflejan un cuadro de realidad en tiempos de pandemia. CASA REAL
Un discurso a medio camino

Un discurso a medio camino

Mensaje de Navidad del Rey ·

Felipe VI marca algunas distancias con el pasado en un ejercicio necesario pero que puede ser insuficiente

Alberto Surio

San Sebastián

Jueves, 24 de diciembre 2020

El discurso de Navidad de Felipe VI se ha quedado a medio camino si se tiene en cuenta la considerable expectativa que había suscitado. La referencia a que los «principios éticos y morales» están por encima de «cualquier consideración personal o familiar» constituye un desmarque ... con el rey emérito, su padre, situado en los últimos meses en el ojo de la tormenta. Pero a estas alturas, esta alusión implícita supone una referencia tan necesaria como ya insuficiente. La percepción es que el jefe del Estado debe profundizar en esa línea de marcar distancias con el pasado de una forma más clara y explícita, por doloroso que resulten estos cortafuegos para salvaguardar la propia institución de la Corona en un momento en el que las nuevas generaciones de la sociedad española no la perciben ya con los mismos ojos que sus padres. En cierta forma tienen razón los que sostienen que el verdadero dilema del Rey pasa por elegir entre su padre o su hija. El discurso de esta Nochebuena, a pesar de la buena intención que recoge su declaración renovadora, puede que se quede corto para recuperar la confianza y el crédito perdidos. Una confianza y un crédito que se ganan día a día como un plebiscito cotidiano. Es dudoso que esta intervención marque con nitidez un punto de inflexión si no va acompañada de decisiones y de hechos.

Pero, al mismo tiempo, hay que admitir que el tono general del discurso ha sonado diferente y que su contenido ha estado más pegado al terreno de realidad que en de otras ocasiones. La lacerante realidad de la pandemia, la crisis sanitaria y sus devastadores efectos económicos, las menciones a la precariedad laboral y al «altísimo desempleo» entre los jóvenes, las referencias al trabajo de los sanitarios y a los sectores más vulnerables... han ofrecido un paisaje de corte netamente social, alejado de connotaciones de nacionalismo esencialista, e incluso ha obviado discusiones sobre la cuestión territorial que forman parte del debate político más hiperventilado. La apuesta por la Constitución como modelo de convivencia y el compromiso por Europa completan este relato realista en el que, quizá, hubiera sido útil y oportuna alguna alusión a la lealtad directa de las Fuerzas Armadas al marco constitucional después de los pronunciamientos retóricos de algunos sectores ultras de militares en la reserva en las últimas semanas.

En todo caso Felipe VI intenta blindar la Monarquía constitucional con un discurso cauteloso, que marca algunas distancias, que evidencia el difícil margen de maniobra que tiene, que no va a calmar a los que contestan el modelo y que pone de relieve la necesidad de la propia institución de abordar cambios nítidos y tangibles para responder a su vocación de ser útil a la sociedad. En especial en una coyuntura tan excepcional como la actual.

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