España cierra sus fronteras terrestres para luchar contra el coronavirus

La decisión fue adoptada en coordinación con el resto de socios de la UE. «El objetivo es estar unidos contra el coronavirus y garantizar la salud», explicó ayer el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una comparecencia en el Palacio de la Moncloa tras mantener una reunión por videoconferencia con sus homólogos europeos.

Sin embargo, su intervención no logró despejar las numerosas dudas generadas, que tuvieron que ser aclaradas por el propio departamento. Para empezar, la medida solo afecta a fronteras de España con la Unión Europea, es decir, se excluye a Gibraltar y a Andorra. También a Marruecos, aunque en este último caso el gobierno alauí ya tomó unilateralmente la decisión de cerrar las vallas fronterizas con Ceuta y Melilla el viernes pasado.

Otra cuestión sin resolver era la situación de tránsito en aeropuertos y puertos, a los que, por el momento, no afectarán estas restricciones. Sin embargo, Grande-Marlaska admitió que tiene encima de la mesa la posibilidad de ampliar este cierre a las fronteras aéreas y marítimas. No obstante, el tráfico por ellas se ha reducido de manera considerable en los últimos días por la suspensión de ferrys, cruceros y vuelos a causa de la crisis sanitaria.

El titular de Interior también puntualizó que la decisión adoptada supone la activación del artículo 28 del código de fronteras de Schengen, que permite restablecer controles en situaciones como las que define el real decreto que estableció el estado de alarma en el país el pasado sábado y que abre la puerta a imponer restricciones de movilidad bajo los criterios de «proporcionalidad, necesidad e idoneidad».

Marlaska tampoco descarta, si es necesario, estudiar la participación de efectivos militares para el control de las fronteras y destacó la cooperación existente entre todas las instituciones del Estado y la colaboración con las policías autonómicas.

La decisión no ha sido recibida con sorpresa por parte de los países vecinos, el Gobierno ya había adelantado el pasado domingo a Portugal y a Francia que esta era muy probable, y el presidente, Pedro Sánchez, se la comunicó a sus homólogos francés, Emmanuel Macron, y portugués, Antonio Costa.

Mientras tanto, en el resto del mundo, la expansión del coronavirus está provocando un incesante goteo de cierre de fronteras que afecta a numerosos viajeros y residentes españoles en otras naciones. Según el Ministerio de Exteriores, 35 países ya han suspendido las comunicaciones aéreas y marítimas con España y otros 30 imponen medidas de cuarentena a la entrada de viajeros de nuestro país.

La última recomendación llegó de la Embajada de España de Irlanda el pasado domingo, que advirtió a los ciudadanos españoles «que estén en Irlanda y deseen regresar a España» lo hagan antes de la medianoche del 19 de marzo después de que las autoridades del país instaran a hacer lo propio a sus ciudadanos.