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Las palabras del Rey Felipe VI, cuando afirmó el pasado lunes que «España no puede ser de unos contra otros», seguían resonando en el Congreso este martes cuando dio comienzo el primer pleno ordinario de la presente legislatura como un tirón de orejas. Los ... abucheos y pataleos vividos durante el bronco debate de investidura hace justo un mes dejaron paso al argumentario de cada partido y a las respuestas cordiales –algunas bastante más punzantes que otras– mientras se discutían los Reales de Decretos para la revalidación de las pensiones, para la subida del sueldo de los funcionarios y sobre otras medidas de caracter tributario y catastral, consecuencias de la prolongación presupuestaria.
El mejor ejemplo fueron las puntuales ocasiones en las que la presidenta de la Cámara, Meritxel Batet, tuvo que llamar la atención a sus señorías y las fórmulas de cordialidad usadas. «Es un deseo que compartimos todos», afirmó Sergio Sayas, diputado de Navarra Suma, respecto al alza de las peniones, con un tono alejado de la feroz crítica contra el gobierno de coalición que pronunció en el debate de investidura. Desde Vox tampoco tenían ganas de aguar el debut de los ministros del ramo que defendían ayer las medidas: Jose Luis Escrivá (Seguridad Social), Carolina Darias (Territorial y Función Pública)y María Jesús Montero (Hacienda). Todos los grupos les desearon suerte, aunque Víctor González Coello de Portugal, de la formación de Santiago Abascal añadió con sorna un «pido a Dios que nos ayude a todos», pero ese fue su máximo aspaviento.
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Las mayores críticas y salidas de tono vinieron por parte de los grupos soberanistas como la CUP, cuya diputada Mireia Vehí provocó una serie de abucheos al recordar su desplante al Rey en la sesión de apertura de la legislatura. «Ayer mostramos el puño al régimen, pero hoy nos parece positivo igualar al IPC las pensiones», afirmó. También el diputado de JxCat Ferran Bel, cuando dijo que «es una verguenza que existan presos políticos en el Estado español». Una frase contestada por gritos de «¡Fuera!» desde la zona derecha de la bancada.
Durante la intervención de Oskar Matute, diputado de Bildu, no se marchó esta vez ningún parlamentario de Vox, como sucedió en la investidura. Aunque el parlamentario del PP y secretrio Cuarto de la Mesa, Aldolfo Suárez Illana, volvió a dar la espalda al orador. «Sigue aquí el juez de 'La Voz', habremos pasado de ronda», bromeó Matute.
Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, vicepresidente primero del Congreso, que tuvo que recordar a los diputados que estaba prohibido hacer fotos con el móvil en el hemiciclo. Justo antes del tiempo de descuento en el debate, el palamentario de Vox José María Figaredo sacó el tema de Venezuela y Podemos, pero tardó poco en volver a la cuestión debatida.
El Real Decreto de las pensiones fue aprobado con la abstención de Vox, BNG y la CUP; el de la subida del salario de los funcionarios con la abstención de Vox; y el relativo a cuestiones tributarias y catastrales con el rechazo del Partido Popular.
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