La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, entra en el hemiciclo del Congreso. Foto: Efe / Vídeo: Atlas

Arrimadas defiende el acuerdo con el Gobierno pero descarta una alianza estable

El pacto con el Gobierno para respaldar la prórroga del estado de alarma tensiona las costuras de Ciudadanos, que sufre dos bajas simbólicas

Miércoles, 6 de mayo 2020, 12:44

Inés Arrimadas ha logrado para Ciudadanos la visibilidad que no tenía desde la dimisión de Albert Rivera. La formación liberal ha resurgido de sus cenizas convertido en el principal puntal del Gobierno para mantener vigente, por ahora, el estado de alarma. A cambio, Ciudadanos ... tendrá interlocución preferente con el Ejecutivo en la gestión de la desescalada y podrá hacer sus propias aportaciones. «Hemos tendido la mano para intentar salvar vidas y empleos», justificó la líder naranja.

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Arrimadas acudió hoy por primera vez al Congreso desde que se decretó el estado de alarma para asumir en primera persona la decisión de su partido de respaldar una nueva prórroga e insuflar aire al Gobierno, que intensificó los contactos tras la negativa del PP a seguir prestándole su apoyo. «Entre ser útiles o no ser útiles, lo tengo claro», remarcó la presidenta de Ciudadanos, que enfrentó las críticas por el giro impuesto en la formación naranja para alejarse de la foto de Colón y resituarse en el centro del tablero político.

La diputada por Barcelona fundamentó el entendimiento puntual con el Ejecutivo en que se trata de una prórroga necesaria para evitar que el confinamiento decaiga el próximo sábado y, con ello, que la gente se vaya «a la casa de la playa». «Para esa responsabilidad, aquí va a haber diez escaños –aseveró–, pero no para salvarle a usted o al Gobierno». En su intervención, Arrimadas alejó la posibilidad de que Ciudadanos se convierta en el nuevo aliado del PSOE ante las brechas en la mayoría que facilitó la investidura del socialista. «Después de esta votación, este Ejecutivo seguirá teniendo 155 escaños. Ni uno más ni uno menos», insistió.

Presiones

La líder de los liberales se defendió de las presiones recibidas en las últimas horas por sellar un acuerdo con el Ejecutivo para extender el confinamiento asegurando que responde a «un voto en conciencia» y no para salvar del abismo a Sánchez. «No hay un solo español que no sepa lo que pienso del Gobierno pero hoy no se vota su investidura sino si se alarga el estado de alarma o si decae, con lo que eso conlleva», apuntó tratando de marcar distancias con el presidente al que acusó de haber cometido «enormes errores» y de haberse perdido entre «improvisaciones» y «rectificaciones».

La decisión adoptada por la cúpula naranja de volver a entrar en el radar de pactos con los socialistas agitó también las aguas en Ciudadanos, que sufrió en poco menos de doce horas dos bajas simbólicas. El exportavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta, y la exdiputada y exconcejal del Ayuntamiento de Barcelona, Carina Mejías, renunciaron a sus carnés de partido al considerar que la formación naranja se había echado en manos del PSOE. «No trabajamos tanto para construir una bisagra», escribió en Twitter Girauta, que dimitió de sus cargos en el partido tras el adiós de Rivera por el batacazo electoral el pasado noviembre. Muy cercano al antecesor de Arrimadas en el cargo, el político catalán fue uno de los elegidos para negociar en 2016 con los socialitas el llamado 'pacto del abrazo'.

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En el caso de Mejías, la dirigente fue una de las voces de los liberales en Barcelona hasta el fichaje del ex primer ministro de Francia, Manuel Valls, para las municipales del pasado mayo. En su adiós la exdiputada reconoció no compartir las decisiones que ha ido tomando en los últimos tiempos la dirección, que trata de marcar distancias con el pasado riverista y redirigir el rumbo de Ciudadanos.

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