El acuerdo para una cita entre Pedro Sánchez y Pablo Casado este lunes no ha apaciguado la crítica del PP al Ejecutivo en las horas previas al encuentro. Los populares llegan a la reunión con más reticencias que confianza y ponen el foco tanto en ... los reproches acumulados por lo que, a su juicio, ha sido una gestión errática y errónea de la crisis del coronavirus como en la maquinaria de la coalición PSOE-Podemos. «El Gobierno está absolutamente dividido. Además de ser el más débil de la democracia, es un Gobierno roto. El peor Gobierno en el peor momento», ha censurado el secretario general del partido, Teodoro García Egea.
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Apenas se atisban puntos de encuentro, pese a la presión por un consenso que pesa sobre unos y otros. Menos se adivina la posibilidad de un acuerdo amplio como el que planteaba el Gobierno con los Pactos de la Moncloa como antecedente. En el PP, donde observan con especticismo la mesa de partidos que trata de convocar Sánchez, insisten en su contraoferta: planes de choque para garantizar el material sanitario, agilizar las prestaciones de los ERTE e impulsar medidas por el empleo, y trabajo a medio plazo en los foros parlamentarios existentes para abordar cuestiones que afecten a las comunidades autónomas, educación o pensiones.
Cargos del PP no han ocultado en las últimas horas su recelos a una negociación con un Gobierno del que forma parte Podemos. Y, en este escenario, desde la dirección se extiende la idea de que la agenda económica se está dejando «en manos» de Pablo Iglesias. «Es un despropósito», ha insistido en esta reflexión García Egea en rueda de prensa.
También ha anunciado que su partido «recurrirá» la orden sobre el realojo de sectores vulnerables -víctimas de violencia de género o personas desahuciadas- durante la cuarentena si el texto no se corrige para especificar «que no se pueden ocupar viviendas ilegalmente» o «que no se va a expropiar a nadie su propiedad privada». Considera insuficiente la aclaración verbal del Gobierno.
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El económico es el terreno en el que los populares quieren marcar distancia con el Ejecutivo, al que sitúan cercano a las tesis de Podemos, para vender su gestión anterior, durante los gobiernos de José María Aznar y Mariano Rajoy, y plantear un proyecto alternativo cuando la emergencia sanitaria pase y haya que hacer frente a las consecuencias del parón de la actividad.
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Mientras tanto, en la formación conservadora focalizan su discurso en los reproches por el número de fallecidos, por los cambios de metodología para obtener las cifras de la epidemia, por la retirada de mascarillas defectuosas o el momento en que se comenzaron a adoptar medidas. Hablan de «mala gestión» e «improvisación». Y esta mañana, Pablo Casado ha pedido por videoconferencia a los presidentes autonómicos del PP que no están a cargo de gobiernos que no cesen en su tarea de oposición. «Vamos a promover -ha asegurado García Egea- el luto oficial en todas las comunidades autónomas».
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