El cambio climático marca el fin de campaña en Alemania con múltiples protestas

Sendos sondeos de última hora de los institutos Forsa y Allensbach situaban la diferencia entre SPD y CDU/CSU en tres y un punto, respectivamente. Entre tanto, Laschet reaccionó inmediatamente a las demandas de la juventud y aseguró que «para la CDU está claro y no solo desde hoy que Alemania debe ser más rápida y mejor en la protección del clima», aunque recordó que se trata de un objetivo global. Meta de los conservadores es que este país demuestre ser «el más rápido, los mejores, ya que tenemos las mejores tecnologías para reformar toda nuestra economía con el fin de alcanzar la neutralidad climática», declaró Laschet.

El candidato conservador subrayó que es primordial mantener los puestos de trabajo. Señaló que Alemania ha decidido ya abandonar la industria del carbón y comentó que el año próximo se cerrarán ya varias centrales térmicas que funcionan con ese mineral. «También aquí debemos ser más rápidos», afirmó el presidente de la CDU. Pero mientras los demás candidatos observaban de lejos las protestas, la aspirante de Los Verdes a la Cancillería Federal, Annalena Baerbock, se sumó a los miles de jóvenes concentrados en Colonia, a los que alentó en su protesta, además de afirmar que «estos son días decisivos para la protección del clima. Los ciudadanos tienen la posibilidad de cambiar por fin la política para el clima: con una enérgica huelga climática y, sobre todo, en las elecciones al Bundestag. Y para eso hace falta que Los Verdes salgan fortalecidos».

Mientras tanto en Berlín, con la líder alemana del movimiento, Luisa Neubauer, y la iniciadora del mismo, la adolescente sueca Greta Thunberg, en cabeza; miles de adolescentes y jóvenes, muchos de ellos tras hacer novillos en el colegio, marcharon ordenadamente y con las mascarillas reglamentarias para demandar medidas efectivas para impedir el calentamiento de la Tierra. «Ningún político se atreve a decir que vamos de culo» en la lucha contra el cambio climático, denunció Neubauer, quien subrayó que «nos encontramos rezagados en una carrera que nunca quisimos correr, que los jóvenes no buscábamos» y advirtió de que «no hay vuelta atrás y seguiremos luchando».

Por su parte, Greta Thunberg afirmó que «la gente está preparada para un cambio» e hizo un llamamiento a acudir a las urnas. «Tenéis que ir a votar, pero no, olvidéis, votar no basta», para insistir en que no hay que dejar de presionar a los que toman las decisiones políticas.

Decenas de miles de jóvenes en más de 470 ciudades alemanas se sumaron este viernes a la convocatoria. En grandes capitales como Berlín o Hamburgo superaron los 20.000 participantes previstos, apoyados por adultos y también por otros grupos surgidos colateralmente como Parents for Future, Architects for Future o Vegans for Future. Hasta las Abuelas contra la Ultraderecha hicieron acto de presencia en las protestas. Fridays for Future aseguró en Twitter haber concentrado a más de 620.000 personas en toda Alemania.

En los grandes actos finales, el socialdemócrata Scholz se centró en un mitin en Colonia en lo económico y lo social, pero también en la educación y el medio ambiente. Exigió una apuesta masiva por las energías renovables, prometió la construcción de 400.000 viviendas anuales, reiteró su demanda de un salario mínimo de 12 euros la hora y aseguró que «no habrá una nueva subida de la edad de jubilación y garantizaremos un nivel estable de las pensiones». Asumiendo su actual papel de ministro de Finanzas afirmó que «debemos salir crecidos de la crisis del coronavirus», que Alemania ha sabido sortear sin reveses a su mercado laboral o daños graves en su industria y empresas.

En Múnich, la canciller federal, Angela Merkel, fue la estrella del gran mitin final de los conservadores de CDU/CSU, en el que advirtió contra una alianza de socialdemócratas, verdes y La Izquierda, a los que acusó de querer elevar impuestos y ser una amenaza para el empleo. «En esta campaña se ha hablado mucho de repartir, pero poco de generar», dijo Merkel, escoltada por Laschet y el presidente de la CSU, Markus Söder.