Herida una octogenaria en un atropello en Burgos
Manifestantes exigen la apertura de Nueva York. EFE

La ciudad de Nueva York se queda fuera de la desescalada

mercedes gallego

Corresponsal. Nueva York

Viernes, 15 de mayo 2020, 21:16

La noticia de la reapertura de Nueva York dejó a unos quince millones de neoyorquinos sentados sobre una calabaza. Son los que viven en la ciudad de Nueva York y sus alrededores, para los que se ha prorrogado el confinamiento al menos hasta el 28 ... de mayo. La mitad del estado que comienza la desescalada este fin de semana es solo la mitad norte hasta la frontera con Canadá y la menos poblada.

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En cinco de las diez regiones que tiene el estado los obreros volverán a las fábricas, los peones a las obras y los clientes recogerán compras en las aceras, pero ninguno está cerca de la ciudad que todo el mundo identifica con el estado del Empire State. Se trata de los Finger Lakes, que incluye la ciudad de Rochester; la meseta Central, incluyendo Syracuse; el Triángulo del Suroeste, hasta la frontera con Pensilvania; el valle de Mohawk, al oeste de Albany; y el condado del Norte, con las montañas Adirondack.

Las playas de Nueva York, New Jersey, Connecticut y Delaware abrirán al unísono con capacidad limitada para que los neoyorquinos no inunden las de los estados vecinos, pero no las de Queens, sobre las que tiene autoridad el alcalde Bill de Blasio. Para el primer fin de semana con tiempo veraniego, el acalde prepara a su ejército policial para frenar cualquier celebración en parques o playas. Partes de Central Park quedarán cerradas bajo control policial, al igual que todas las playas de los Rockaway. La policía, que ha protagonizado varios vídeos virales por cebarse violentamente con minorías raciales que caminaban sin mascarilla, ha sido redirigida a desarticular posibles grupos en los que no se respete la distancia social.

Algo similar ha ocurrido con las aerolíneas, donde las azafatas tienen órdenes de evitar que escalen los conflictos por no llevar mascarilla. Nadie necesita mala publicidad en estos momentos. La tensión se corta a cuchillo, la gente está cansada del confinamiento y el verano apremia. En Long Island, las protestas contra las ordenes de cierre se han vuelto tan agresivas como las de Michigan. Los manifestantes aparecieron el jueves con estremecedores carteles de «¡Colgad a Fauci!», el epidemiólogo jefe del país que el martes declaró ante el Senado. Trump arremetió contra él por haber recomendado que los estudiantes no vuelvan a las aulas el próximo otoño. Según Anthony Fauci, una reapertura anticipada de la economía traería «muerte y sufrimiento innecesario», pero muchos no le creen hasta que les toca.

En Kingstone, condado de Ulster (Nueva York), uno de los que reabren este fin de semana, un barbero no podrá hacerlo. Tras desobedecer cabezonamente las órdenes de cierre, ha dado positivo justo cuando se iba a levantar la veda. Las autoridades no han hecho público su nombre para evitar represalias contra el negocio, pero han conminado a todos los clientes que hayan pasado por su salón en las últimas tres semanas a reportarse para poder iniciar el rastreo de sus contactos.

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Para la tarea de rastreo De Blasio ha puesto al frente al doctor Mitchell Katz, una decisión conflictiva porque el jefe del sistema público de hospitales se resistió al cierre en marzo. «No hay prueba de que el cierre ayude a detener la infección», dijo en un email que ha filtrado The New York Times. «Si no es seguro ir a una convención, ¿por qué es seguro montarse en el metro o ir a un hospital?», cuestionó. Su propuesta era dejar que la infección se esparciera, convencido de que «el 99% se recuperará sin daños y tendrá inmunidad».

Más de 20.000 personas han perdido la vida por el Covid-19 solo en la ciudad de Nueva York. En todo el estado, 27.641 víctimas mortales, con 345.000 positivos. La cifra de luto todavía registró el miércoles 157 nuevos cadáveres. «Estamos donde comenzamos el 20 de marzo», observó el gobernador. Pero mientras en Nueva York los casos descienden progresivamente, en otros estados repuntan. «Y eso es porque los neoyorquinos lo están haciendo muy bien, ¡enhorabuena!», felicitó.

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