Prieto: «El mundo rural y la España vaciada no estamos para perder tiempo ni para grandes discursos»

GRUPO20, el laboratorio de ideas impulsado por El Norte de Castilla y 15 de las empresas más punteras de Castilla y León, emitió ayer un debate a través de los portales elnortedecastilla.es, burgosconecta.es y leonoticias.com, que dejó claro que la dicotomía rural/urbano, está cada vez menos vigente. El naturalista, escritor y divulgador Joaquín Araujo protagonizó esta cita online, en la que estuvo acompañado por Juan Quintana, periodista agroalimentario y analista de referencia en El Norte de Castilla, y Narciso Prieto, director de comunicación de Caja Rural de Zamora.

Prieto señaló que es necesaria una apuesta decidida por el empleo como fijador de población. «Tampoco es tanto lo que pide el mundo rural. Las urbes son un lugar donde la vida no se desarrolla con la calidad que los seres humanos necesitamos. Sobra urbe y hace falta más mundo rural. Necesitamos un compromiso firme y real para que, con lo que tenemos de positivo y con un poco de lo que nos falta, la conjunción del producto sea potente y así la España vaciada se recupere. El mundo rural y la España vaciada no estamos para perder tiempo ni para grandes discursos. Estamos para que se propongan proyectos concretos y se lleven a cabo».

Juan Quintana dijo que se perciben movimientos de gente que vuelve al campo, pero que todavía es algo coyuntural. «Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la población que vive en espacios rurales bajó un 10% entre los años 2000 y 2018. En Castilla y León el descenso fue de un 16%. En esa época ya se hacían políticas de recuperación de la población. Si a todo eso le juntamos que la población global nacional aumenta el 15%, vemos que la tendencia es francamente preocupante. La España vaciada se ha asumido como un proyecto político. Habrá que ver si esto es una apuesta meramente política o verdaderamente se quieren hacer planes sólidos y en el medio y largo plazo puedan compensar el déficit», subrayó.

Araujo reconoció que la tarea no es fácil y que se necesita un «fuerte convencimient» para poner en valor el campo. «No puede ser que 8.000 millones de personas vivan en las ciudades. Las ciudades son infinitamente más conflictivas, más caras, más contaminantes, más supeditadas y más dependientes».