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La crisis sanitaria, económica y social del coronavirus nos ha hecho mirar hacia el campo. Ha puesto en evidencia los beneficios y fortalezas del mundo rural y nos ha obligado a reflexionar sobre la salud y la vida natural. ¿Será esta la oportunidad que necesitaba ... la denominada España vaciada? GRUPO20, el laboratorio de ideas impulsado por El Norte de Castilla y 15 de las empresas más punteras de Castilla y León, emitió ayer un debate a través de los portales elnortedecastilla.es, burgosconecta.es y leonoticias.com, que dejó claro que la dicotomía rural/urbano, está cada vez menos vigente.
El naturalista, escritor y divulgador Joaquín Araujo protagonizó esta cita online, en la que estuvo acompañado por Juan Quintana, periodista agroalimentario y analista de referencia en El Norte de Castilla, y Narciso Prieto, director de comunicación de Caja Rural de Zamora.
Araujo, referencia mundial en la relación de lo humano y la naturaleza, impulsor del ecologismo en España y Premio Global 500 de la ONU, arrancó su intervención explicando que desde muy joven eligió formar parte de los sistemas naturales, de sus ciclos y procesos. A los 17 años tuvo claro que «quería estar cerca de lo que crece. Quería ser testigo de lo más fascinante que pasa en este planeta y que, curiosamente, no está al alcance de lo que pasa ante los ojos. La fertilidad de los suelos es el proceso más crucial y participativo de cuanto acontece. Quería formar parte de lo que se estaba desmoronando».
Dijo que la cultura rural «fue condenada a la extinción sin ningún juicio previo, quedó sentenciada de muerte cuando más la necesitaba una humanidad cada vez más creciente y en un momento en el que la vida urbana se convertía en una infección para el conjunto del planeta. La cultura rural fue silenciada, destruida y avasallada por el proceso de injusticia social y económica más delirante de los últimos siglos. Desde que se consiguió sobrepasar la extraordinaria inhumanidad del esclavismo, lo más grave que le ha pasado a la humanidad es la destrucción del tejido del sector primario para sustituirlo por algo que, como decía Delibes, no es mejor», explicó muy contundente.
Otros debates
Definió la ciudad como un «gigantesco parásito. La ciudad es como cualquiera de esos animales que nos resultan repulsivos porque chupan la sangre del hospedador y no devuelven nunca nada a cambio. No hay simbiosis. No hay intercambio. No hay reciprocidad. La ciudad necesita abastecerse de todo lo esencial y no produce nada de lo que resulta imprescindible para la vida. El desajuste es tremendo. Lo esencial está amenazado sin cesar por lo insignificante. La ciudad es lo insignificante, es lo parásito, lo insolidario, frente a lo rural, que tiene raíces profundísimas porque entronca con las destrezas, sabidurías y bellezas de la naturaleza», apuntó.
Prosiguió su explicando que para él, el campesino «es una suerte de eslabón que utiliza esas fascinantes formas de hacer vida, para dirigirlas a quienes ni siquiera dan las gracias. No es del todo culto el que no cultiva la tierra. En el lado de los surcos, de las besanas, en el lado del ojo que ve crecer a lo que nos permite crecer, hay tanta o más cultura, información o ciencia que en cualquier otro aspecto de nuestra civilización. Una mata de pimientos avergüenza a toda la tecnología», argumentó.
JOAQUÍN ARAUJO
Él está convencido de que el vaciamiento del medio rural podría paliarse con una política de precios justos. «Mientras al agricultor se le dé entre 5 y 20 veces menos por su trabajo, será muy difícil la recuperación. Hay que duplicar, triplicar y hasta quintuplicar el beneficio del campesino para llegar a la justa remuneración y así será posible que haya población, que haya escuela, buenas medicina y buenas comunicaciones en el mundo rural. La recuperación de la cultura rural es tan importante como la lucha contra el cambio climático, la lucha contra las enfermedades epidémicas y la lucha contra los desastres ecológicos. El que ignora la procedencia de lo esencial, tiene más oportunidades de destruir las bases de la vida y eso debe ser corregido desde el sistema educativo, desde los medios de comunicación y desde todas las posturas políticas», señaló.
Otros debates
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