Adiós a Constantino, el último rey de Grecia

Constantino fue el segundo hijo de los entonces príncipes Pablo, hermano del rey Jorge II que falleció sin descendencia, y Federica, quienes dos años antes habían tenía a Sofía, su primogénita. Nació Constantino en el palacio de Psijicó, a las afueras de Atenas, como príncipe de Grecia y Dinamarca, en una etapa muy convulsa. Tanto que con un año tuvo que exiliarse con su familia a Egipto y Sudáfrica por la ocupación de las Fuerzas del Eje durante la Segunda Guerra Mundial. Una vez acabada, y de vuelta a su país, con la muerte de su tío Jorge II, su padre asumió el trono y él se convirtió en príncipe heredero.

Hombre curioso y preparado para el papel que el destino le había encomendado, destacó en su juventud como deportista de élite, tanto que siempre alardeó de haberse colgado una medalla de oro olímpica, en la disciplina de vela. Fueron, quizás, sus años más gloriosos, en los que la estabilidad política de su país también contribuyó al esplendor de la familia real griega.

La boda de la primogénita de los reyes de Grecia, la princesa Sofía, con el príncipe Juan Carlos supuso quizás uno de los grandes hitos del reinado de Pablo, con la presencia en Atenas de las grandes casas reales europeas. Constantino también enraizó con otra princesa europea, una prima lejana, dado que el linaje de la familia real griega procedía de Dinamarca, de ahí que Constantino II y sus hijos ostenten aún hoy los títulos de príncipes de Dinamarca.

Constantino y Ana María se conocieron siendo príncipes, pero la prematura muerte del rey Pablo coronó a Constantino antes de pasar por el altar. Su breve reinado estuvo marcado por la inestabilidad política y por la Dictadura de los Coroneles, también por el destacado papel que jugó su madre, la reina Federica, a quien señalaron en no pocas ocasiones de ser quien dirigía los designios de su hijo.

A comienzos de 1967 un golpe de Estado militar depuso al Ejecutivo existente y estableció una junta militar gubernamental. El juramento de fidelidad que Constantino, como rey y jefe de Estado, tomó a la junta militar le granjeó un fuerte resentimiento popular que, en cierto modo, nunca se le llegó a perdonar. En diciembre de ese año el rey fracasó en su intento de derrocar a la junta con un contragolpe militar, y él y su familia se marcharon voluntariamente al exilio, a Londres.

En junio de 1973, el Gobierno militar griego depuso a Constantino II como rey, lo que al año siguiente se confirmó con un referéndum en el que la monarquía obtuvo un respaldo del 31%. Esto significó el fin de la monarquía en Grecia, aunque Constantino jamás llegó a renunciar a sus derechos dinásticos al trono heleno. Y, de hecho, el resto de casas reales europeas le mantuvo su estatus y tratamiento. También contribuyó a ello su relación con las casas reales españolas y danesas, con su hermana Sofía como reina consorte de España y su cuñada Margarita, monarca de Dinamarca.

En Londres fijó su residencia y entabló amistad con el hoy rey Carlos III. De hecho, Constantino es uno de los padrinos del príncipe Guillermo. Sus viajes a España, cuando sus hijos eran pequeños y de edades aproximadas a las infantas Elena y Cristina y el entonces príncipe Felipe, eran continuos. Su hija mayor, Alexia, de hecho, se convirtió en la gran amiga, confidente y compañera de piso en Barcelona de la infanta Cristina mientras que Pablo, que ahora asumirá las riendas de la casa real griega, lo fue de don Felipe.

Constantino mantuvo un largo litigio con el Gobierno griego sobre la compensación a percibir después que este se incautara de las propiedades de la familia. Una vez arreglado, en 2013 decidió instalarse de nuevo en tierras helenas, en Porto Jeli, en una de sus residencias.

El último gran acto público de Constantino, ya aquejado de serios problemas de salud tras varios episodios coronarios, fue la boda de su hijo pequeño, Felipe, con la rica heredera suiza Nina Flohr, en octubre de 2021. La boda se celebró en Atenas, lo que generó una ferviente ola monárquica.