Margarita Arroyo, fortaleza y sororidad en la política burgalesa

Mujer progresista y feminista, lleva la sororidad por bandera, haciendo de ella una de sus señas de identidad. Sin impedimentos políticos a la hora de defender a una mujer, es una persona dialogante y abierta al consenso. Sus comparecencias públicas siempre han mostrado a una mujer comprensiva y dispuesta a ayudar, pero también de fuerte carácter, que defiende sus ideas contra viento y marea sin necesidad de alzar la voz.

Marga Arroyo llegó a la política de una manera casi casual. De familia tradicionalmente de derechas, su ideología se posicionaba más a la izquierda; sin embargo, nunca se vinculó a movimientos sociales ni políticos... Hasta que surgió el 15-M. Por aquel entonces Arroyo vivía en Barcelona y el movimiento que se estaba generando marcó un antes y un después para ella.

Se acercó a la política con el nacimiento de Podemos, único partido al que ha estado vinculada. Fue para las elecciones de 2019 cuando Raúl Salinero, referente del partido morado en Burgos, la llamó para presentarse como número 2. Con esa intención llegaba Marga a la política local, pero a los seis meses se vio como portavoz sin planificarlo ni desearlo.

Es una mujer fuerte que ha visto cómo la política la ha engrandecido tras haber pasado momentos muy complicados. Tras la marcha de Raúl Salinero llegaron los enfrentamientos internos y los problemas con quien fuera su compañero de bancada, Israel Hernado. En muchos momentos ha llevado el peso del partido para enfrentarse a la situación que tuvo que gestionar para sacarla adelante. Ha sido muy firme y férrea en sus condiciones, además de trabajadora.

Para estas elecciones no fue Margarita Arroyo quien se postuló como número 1 de la lista; fue IU quien propuso que fuese Marga quien encabezase la lista por su perfil integrador, dispuesta siempre al diálogo. Sin embargo, en esta ocasión sí está ahí porque, además de haber sido elegida, quiere estar.

Mujer que defiende las políticas sociales es, además, muy familiar. Está muy vinculada a sus hermanas, con las que pasa todo el tiempo que puede. Le encanta viajar hasta su pueblo, en la provincia de Salamanca, y disfruta del tiempo compartido con su hija y sobrinas. Además, nunca ha dejado de ser profesora, recuperando esta vocación en verano, cuando suele ejercer de maestra de nuevo.