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Pirámide de los Italianos en el puerto de El Escudo. BC
La pirámide maldita de Burgos. Los muertos de El Escudo

La pirámide maldita de Burgos. Los muertos de El Escudo

En la frontera entre Burgos y Cantabria se levanta un misterioso monumento funerario, una pirámide donde estuvieron enterrados los caídos italianos que participaron en el Frente Norte de la Guerra Civil. En 1971, familiares de aquellos fallecidos y excombatientes también morían a pocos kilómetros de aquel monumento al despeñarse el autobús en el que viajaban hacia Santander, en el mismo puerto, cerca de Luena

Viernes, 19 de agosto 2022

Cuando cae la tarde, las nubes bajas llenan los valles que rodean al puerto de El Escudo. Se agarran a los montes en lo más profundo de la depresión y, al mismo tiempo, se alza, en un montículo, al oeste, la Pirámide de los Italianos. Lo hace desafiando a la fuerza del viento y de los tiempos.

La belleza natural del entorno cantábrico y burgalés contrasta con el horror y la muerte. Una sensación de paz y armonía se mezcla con el desasosiego y la impresión que despierta la presencia de esa pirámide en mitad del monte. ¿Qué hace una pirámide en tierras de Burgos y Cantabria?

La niebla envuelve, como si fuera papel cebolla, al puerto de El Escudo y convierte el entorno en un paisaje esotérico. De entre la bruma aparece esa figura sacada de otro tiempo y de otro lugar. De frente, un imponente monte de la Cordillera Cantábrica; muy cerca, las aguas calmadas del embalse de Arija; hacia el norte, las serpenteantes curvas del puerto que lleva al mar.

Es la pirámide de Mussolini que el fascista italiano decidió levantar como homenaje a los voluntarios italianos fallecidos en combate en el Frente del Norte en la Guerra Civil. Un mausoleo hoy ya desacralizado, pendiente de revisión por la Ley de la Memoria Democrática.

La pirámide, de 20 metros de altura, sigue ahí, en lo más alto; era esbelta, enhiesta; de hormigón (hoy corroída por los grafitis), revestida con losas de piedra caliza. Su entrada está situada hacia el este y una enorme M la corona, como homenaje del propio Mussolini a sí mismo.

Primera foto: Interior de la pirámide con los nichos de los combatientes. Segunda foto: vistas del embalse del Ebro desde lo alto de la pirámide. Tercera foto: Águila Imperial de Sagardia en Alfoz de Bricia.
Imagen principal - Primera foto: Interior de la pirámide con los nichos de los combatientes. Segunda foto: vistas del embalse del Ebro desde lo alto de la pirámide. Tercera foto: Águila Imperial de Sagardia en Alfoz de Bricia.
Imagen secundaria 1 - Primera foto: Interior de la pirámide con los nichos de los combatientes. Segunda foto: vistas del embalse del Ebro desde lo alto de la pirámide. Tercera foto: Águila Imperial de Sagardia en Alfoz de Bricia.
Imagen secundaria 2 - Primera foto: Interior de la pirámide con los nichos de los combatientes. Segunda foto: vistas del embalse del Ebro desde lo alto de la pirámide. Tercera foto: Águila Imperial de Sagardia en Alfoz de Bricia.

Ahí termina lo prosaico y empieza lo sublime. Cuando la envuelve la oscuridad de la noche, se desata el misterio y el miedo, porque aquél fue un lugar de dolor y muerte. La pirámide se encuentra en uno de los centro de poder de la Tierra en Burgos y es algo que se percibe nada más llegar a esa frontera entre dos mundos opuestos.

El monumento fue inaugurado el 26 de agosto de 1939. Mussolini lo ordenó construir con los cánones de la arquitectura fascista. Quedaron sepultados, entre el interior y el exterior, 384 cadáveres. En 1975 el Gobierno de Italia los exhumó y envió a su país a la mayoría de ellos; el resto responsan en Zaragoza, en la Torre de San Antonio.

Más muerte en la pirámide

Los voluntarios italianos fallecidos no fueron los únicos muertos asociados a la pirámide. Caía la noche del 19 de mayo de 1971, cuando un grupo de ex legionarios y familiares de los enterrados en El Escudo, moría en un accidente de autobús en el puerto, cerca de Luena. Habían celebrado una ofrenda floral y habían orado en la pirámide. Fallecieron 12 de ellos. La noche y la niebla llenaron de horror la carretera una vez más.

Algunos de los que salvaron la vida en el Frente del Norte, en la Legión Litorio, serendipias de la vida, morían tres décadas después en el mismo lugar de la batalla tras rendir homenaje a los combatientes que lucharon con ellos.

Dentro de la pirámide

En el interior de la pirámide se observan los más de 300 nichos donde estuvieron los fallecidos. Impresiona observar la rigidez matemática de la curva y su trazada interior, la luz que penetra por la cúpula, hoy destrozada, y la angostura de la entrada a la cripta que hay bajo el suelo, a donde da miedo bajar. Sobre el dintel de la puerta, en el interior, se puede leer aún el triple saludo fascista: ¡Presente! ¡Presente! ¡Presente!

El exterior evoca una extraña alusión a la masonería. La pirámide es un símbolo masónico que, unida a la M de la entrada recuerda al mandil masón y su enorme misterio, deja la duda de si pudiera tener ese significado. De hecho, el profesor Javier Alvarado Planas plantea que «ciertos sectores de la masonería italiana tuvieron por el régimen fascista una indudable simpatía que se personificó en los numerosos masones que eran miembros del partido fascista», lo que puede justificar el símbolo de la pirámide.

Otro monumento olvidado

Los restos de El Escudo no son los únicos de la arquitectura fascista y de la Dictadura en la provincia. En otro puerto –25 kilómetros antes, al sur de El Escudo, en Carrales, en pleno Alfoz de Bricia—, en un páramo inhóspito, se levanta una enorme águila en recuerdo al general Sagardía y a la 62ª División del Cuerpo de Ejército de Navarra, que batallaron en el Frente del Norte. Es obra de los arquitectos guipuzcoanos Eduardo Olasagasti y José Antonio Olano.

Este monumento y el dedicado a Mola, serán objeto de otro reportaje. Su insólita presencia envuelve de enigmas y misterios las razones de su construcción y pervivencia.

Otras pirámides en España

La palabra pirámide proviene del latín 'pyramisy' y ésta del griego antiguo, 'pyra', términos que se refieren al fuego. Decenas de culturas adoptaron la pirámide como un símbolo de fuerza y unión a la Trascendencia… la pirámide que en su cúspide se acerca a Dios.

Diferentes civilizaciones, separadas por miles de kilómetros y años edificaron pirámides muy semejantes. Desde Egipto a los Mayas, y en antes Mesopotamia y China o Camboya, tienen en sus paisajes estas grandes construcciones esotéricas como monumentos funerarios, en un afán de que los muertos lleguen a otra vida y se eleven al cielo como lo hace el fuego en una hoguera.

España también tiene pirámides. En 1998 se descubrieron seis pirámides de seis escalones y 12 metros de altura en la localidad tinerfeña de Guimar y tienen una clara orientación astronómica; todas las escaleras se ubican en sus paredes al ocaso, lo que indica una clara intención iniciática, como los templos cristianos, orientado al este y con entrada desde el oeste. Es decir, quien suba por sus escaleras se encuentra con el sol naciente, como quien entra en un templo se encuentra con la reserva del Santísimo en el sagrario.

La pirámide de Burgos también tiene la misma orientación de oeste a este. Fue diseñada por el arquitecto milanés Attilio Radic y erigida por el fraile capuchino Pietro Giovanni Bergamini di Varza. En algunas publicaciones comparan, a menor escala, la pirámide de Burgos con la de Cayo Cestio (12 adC) en la vía Ostiense de Roma.

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