Las marcas aún perviven en las columnas ubicadas debajo del Ayuntamiento. N.S.U

Dos cicatrices en la historia de Burgos que aún se recuerdan en la ciudad

La plaza Mayor de la ciudad recoge dos fechas que quedarán para siempre en el recuerdo de todos los burgaleses

Natalia Sáez Ursúa

Burgos

Sábado, 16 de septiembre 2023, 09:26

El centro histórico de Burgos llama la atención por la cantidad de rincones y detalles que muestra a burgaleses y forasteros, algunos de los cuales con una carga histórica enorme. Ese es el caso de las dos marcas que se pueden ver en las columnas ... de los bajos del Ayuntamiento, que muestran dos fechas sobre las que preguntan muchos visitantes.

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La historia de esas marcas rojas causa mucho interés, ya sea por lo que supuso a la ciudad, como por su causa. Encima de ellas se encuentran dos fechas escritas, 11 de junio de 1874 y 5 de junio de 1930, fechas en las que se vivieron las dos últimas grandes inundaciones de la historia de Burgos.

El río Arlanzón cruza el centro de la ciudad y podemos intuir que las inundaciones que se vivieron en los años 1874 y 1930 fueron a causa del gran caudal de este, pero esto no fue así. O no del todo. Y es que, los causantes de estas inundaciones en realidad fueron los ríos Pico y Vena, cuyas crecidas fueron imposibles de asumir por el cauce del Arlanzón.

En todo caso, estas no han sido las únicas riadas que se han vivido en Burgos. Conocemos la existencia de tres de ellas. La primera ocurrió el 24 de febrero de 1286; la segunda, en enero de 1527; y la más próxima, en mayo de 1582. Estas dos últimas crecidas causaron un gran número de fallecidos e importantes daños en varios puentes de la ciudad.

Inundación 1930, arcos acceso plaza Mayor Archivo Municipal de Burgos

Puede ser que los desbordamientos de los ríos en 1874 y 1930 no hayan sido los más graves, pero si son los más conocidos y los primeros de los que hay evidencia fotográfica.

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Ríos Pico y Vena inundan la ciudad de Burgos

El 11 de junio de 1874 los burgaleses no se imaginaban que iban a vivir un día que no iban a olvidar. El enorme caudal que habían adquirido los ríos Pico y Vena a causa de las lluvias torrenciales hizo que se llenaran con gran rapidez las principales calles de la ciudad. Tanto agua fluía por las calles de Burgos que muchas alcantarillas sometidas a la gran presión reventaron por diversos lugares y el agua comenzó a salir por sus bocas a borbotones.

Inundación 1930, Calle Santander Archivo Municipal de Burgos

Todo esto tuvo lugar durante las primeras horas de la madrugada, cuando amanecía. Ahí fue cuando el río Vena entró en la ciudad por las actuales calles de Santander y San Juan. Durante esas horas, Burgos estuvo invadida por el agua, en algunos sitios de la ciudad se alcanzaban los dos metros de altura. Fue tan rápida la inesperada inundación que varios vecinos de Burgos salieron a las calles con balsas que ellos crearon para socorrer a los burgaleses que se habían quedado aislados en sus casas.

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En la plaza Mayor fue en el lugar donde más subió el agua, por ser uno de los puntos más bajos de la ciudad. Se alcanzaron los 2,75 metros de altura (los mismos metros que están marcados en la columna descrita anteriormente). Para bajar el nivel se abrieron zanjas en el Espolón con el objetivo de evacuar el agua hacia el río Arlanzón. Al filo del mediodía el caudal comenzó a descender.

Para varios comercios y viviendas de Burgos esto supuso un duro golpe del que tardaron mucho tiempo en reponerse. Algún que otro comercio no pudo recuperar su establecimiento por los daños tan importantes que produjo la inundación. Tras esta gran riada, el Ayuntamiento de Burgos estudió cómo prevenir estas situaciones para que no volviesen a ocurrir.

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Inundación 1930, paseo del Espolón Burgos Archivo Municipal de Burgos

Misma historia unos años más tarde

La historia anterior no tardaría en repetirse de nuevo el 5 de junio de 1930. El agua volvió a pillar desprevenida a la mayor parte de la población, los ríos Pico y Vena volvieron a desbordarse hasta llegar a inundar calles, plazas y comercios del centro de la ciudad. La tormenta torrencial que cayó en Burgos hizo que subiera el nivel de los tres ríos: Arlanzón, Pico y Vena, pero solo fueron los dos últimos los que se desbordaron.

Las fuertes lluvias que se produjeron a pocos kilómetros al norte de la ciudad fueron las causantes de la inmensa crecida de los ríos Pico y Vena. El chubasco que cayó en la ciudad no tenía mayor importancia, por eso el día empezaba con normalidad. Hasta que de un momento a otro, la fuerza del agua alcanzó la plaza Mayor y gran parte del centro.

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Inundación 1930, plaza de la Libertad Burgos Archivo Municipal de Burgos

Fue todo tan rápido que los vecinos no tuvieron tiempo a refugiarse. El agua arrasaba con todo lo que encontraba en su camino. Las calles de La Moneda, San Juan, San Lorenzo y de La Paloma fueron las más perjudicadas. Aunque a lo que más afectó fue a los locales comerciales recién abiertos ese día.

Nada más ver el desastre que estaba causando esta riada se usaron todos los medios disponibles en la ciudad. Agentes de policía y bomberos se encargaron de bajar el caudal del agua, pero no pudieron impedir que el nivel del agua alcanzara 1,78 metros de altura en la Plaza Mayor.

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Inundación 1930, plaza Mayor de Burgos Archivo Municipal de Burgos

Todo parecía que se calmaba a media tarde. La inundación de la ciudad empezaba a descender y a desaparecer poco a poco. Para dejar paso a una noche algo más tranquila.

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