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Las diez noticias imprescindibles de Burgos este lunes 20 de enero
El dirigente nazi fue recibido con honores por los representantes burgaleses. ICAL / Federico Vélez
Y Burgos agasajó a Himmler

Y Burgos agasajó a Himmler

El 19 de octubre de 1940, la ciudad se engalanó para recibir la visita de Heinrich Himmler, mano derecha de Hitler y máximo responsable de los campos de exterminio de la Alemania nazi

Domingo, 12 de junio 2022, 09:28

El 19 de octubre de 1940 amaneció lluvioso en Burgos, algo que, sin duda, cabría esperar por la época del año. De hecho, aquel podría haber sido un día completamente normal a orillas del Arlanzón. Sin embargo, aquella fecha acabó pasando a la historia de ... la ciudad por la visita de Heinrich Himmler, comandante en jefe de las SS alemanas y mano derecha de Adolf Hitler, que fue agasajado por los burgaleses en mitad de un viaje institucional a España en que el que quiso hacer parada para conocer la entonces 'capital de la Cruzada'.

El objetivo del viaje era sencillo. La Alemania nazi quería testar al gobierno español días antes de que los propios Franco y Hitler se entrevistaran en Hendaya para tratar, entre otras cuestiones, la posible intervención de España en la Segunda Guerra Mundial.

Sea como fuere, la intención de Himmler, uno de los grandes ideólogos del exterminio judío perpetrado por los nazis, era acudir a Madrid previo paso por otros puntos considerados clave, entre ellos Burgos. Y así se planificó un viaje que fue debidamente anunciado.

De hecho, tras confirmar la visita del general alemán, el entonces alcalde de Burgos, Florentino Martínez Mata, publicó un bando municipal en el que instaba a los burgaleses a ofrecer un «magnífico recibimiento» a Himmler. Dicho bando aseguraba que «el jefe supremo de las Secciones de Seguridad de la Policía Alemana ha demostrado su deseo expreso de visitar» Burgos. Por eso, añadía, «el saludo entusiasta de la ciudad debería ser unánime», demostrándole que «España no olvida a la gran nación alemana y a su führer, que en los momentos más difíciles de la historia de nuestra patria supieron comprendernos y prestarnos su eficaz ayuda moral y material para salvar los eternos valores de la Civilización y los altos ideales de Religión, Patria, Familia, Justicia y Trabajo».

Con esa consigna municipal sobre la mesa, poco más había que decir. Por si acaso, eso sí, una comunicación de la Cámara de Comercio instaba también a los comercios de la ciudad a cerrar sus puertas y engalanar sus escaparates para que el «ilustre» visitante se sintiera debidamente agasajado.

Así fue, al menos según cuentan las crónicas de la época, que narran cómo Himmler y su comitiva llegaron a la ciudad con más de una hora de retraso bajo una intensa lluvia. A pesar de ello, fueron muchos los burgaleses que salieron a la calle a vitorear al representante del Reich, ya fuera por devoción o para evitar el qué dirán.

Según se relata en la edición del 20 de octubre del ABC, Himmler «llegó a Burgos a las cinco y veinte de la tarde» en coche proveniente de Irún y acompañado por el jefe de las Fuerzas de Policía Armada y Tráfico y el embajador de Alemania en España, amén de otros muchos colaboradores.

La crónica de ABC detalla que «la comitiva hizo su entrada en la ciudad por el paseo del Espolón para dirigirse a la Catedral». Allí, en la escalinata del Sarmental, y junto a la Cruz de los Caídos (hoy desaparecida) esperaban desde hacía tiempo los máximos representantes de la sociedad burgalesa, acompañados de la banda de múisica y una muchedumbre. «Himmler, sonriendo y correspondiendo a las entusiastas aclamaciones del gentío congregado, revisó las fuerzas y saludó a las autoridades», explica el cronista.

Tras visitar la Catedral, en la que prestó especial atención a la tumba del Cid, Himmler se trasladó a la Cartuja de Miraflores. Aunque inicialmente estaba prevista también su visita al Monasterio de Las Huelgas, finalmente no fue posible debido al retraso con el que llegó a la ciudad.

En todo caso, la jornada no podía finalizar sin la correspondiente cena de gala. En este caso, el lugar elegido fue el Palacio de la Isla, uno de los edificios de Burgos con mayor simbolismo para el gobierno franquista. Allí, el emisario nazi fue debidamente agasajado por las personalidades de la ciudad antes de continuar su viaje hacia Madrid.

De acuerdo a las crónicas, Himmler abandonaba Burgos en tren a las once de la noche después de haber pasado algo más de cinco horas a orillas del Arlanzón con destino a Madrid, donde fue recibido con honores de Estado por la cúpula del régimen Una visita fugaz, pero sin duda histórica, de un personaje que en los estertores de la Segunda Guerra Mundial intentó negociar un armisticio con las fuerzas aliadas a espaldas de Hitler. Cuando el führer se enteró, ordenó su arresto, pero Himmler acabaría siendo apresado por el ejército británico y suicidándose el 23 de mayo de 1945.

Acabó así la vida de uno de los máximos responsables del exterminio perpetrado por la Alemania nazi contra judíos, gitanos, opositores políticos y otras minorías. No en vano, suya fue la responsabilidad de crear y organizar los campos de concentración y exterminio desplegados por media Europa por el gobierno nazi.

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