El mercado inmobiliario de Burgos cierra el mejor ejercicio desde la crisis del ladrillo

Se trata, pues, de un magnífico resultado, impulsado por la paulatina recuperación del sector en los últimos años, que parece haberse mantenido alejado de los vaivenes derivados de la crisis sanitaria de la covid-19 y de todas las incertidumbres internacionales de los últimos meses. Al menos, en parte.

Y es que, a pesar de los buenos resultados anuales, en los últimos meses se ha observado un leve enfriamiento del sector, de acuerdo a los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El endurecimiento de las condiciones de acceso al crédito hipotecario motivado por el alza de los tipos de interés, sumado a las dudas económicas del último trimestre parecen haber afectado puntualmente al mercado inmobiliario. Habrá que ver si esos efectos se mantienen en el tiempo.

En todo caso, lo que está claro es que el sector ha cambiado drásticamente respecto a la imagen que ofrecía antes del estallido de la crisis inmobiliaria. En aquel momento, el mercado se repartía casi a partes iguales entre vivienda nueva y vivienda usada. Hoy, ese equilibrio es radicalmente diferente, con una significativa prevalencia de las viviendas de segunda mano, que en 2022 acapararon tres de cada cuatro operaciones de compraventa (3.712 viviendas). De hecho, desde que existen registros, nunca antes se habían vendido tantos pisos de segunda mano en Burgos.

Por su parte, la promoción, construcción y entrega de llaves de nuevas viviendas, aún siendo minoritarias todavía, se ha reactivado en los últimos años, con 1.210 operaciones en 2022, la mayor cifra registrada desde 2013, pero muy alejada todavía de los datos de 2007 (3.118 operaciones).

También ha caído significativamente desde el estallido de la crisis inmobiliaria la presencia de viviendas con calificación VPO. En 2022 se vendieron en Burgos 284 pisos con esta consideración, un 13,6% menos que en 2021 (329) y un 54,4% menos que en 2007 (623).