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La presidenta del BCE, Christine Lagarde. ecb

El BCE reduce las compras de deuda sin tocar los tipos

Revisa al alza la previsión de inflación para 2022, que sitúa en el 3,5%, y prevé que la variante Ómicron del coronavirus ralentice el crecimiento

salvador arroyo

Corresponsal en Bruselas

Jueves, 16 de diciembre 2021, 14:07

El Programa de Compras de Emergencia Pandémica, con una dotación de 1,85 billones de euros, se extinguirá a finales de marzo. Pero a cambio las adquisiciones ordinarias se duplicarán (de los 20.000 millones mensuales hasta 40.000). No habrá subida de tipos de ... interés en 2022, que continuarán en el 0%. Y la inflación da un golpe de realidad y se revisa al alza: el próximo año alcanzará el 3,2%.

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Es la síntesis que deja la última reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), celebrada este jueves. Una cita que generaba expectación, porque fue marcada en el calendario por su propia presidenta, Christine Lagarde, como la de los «detalles» para ese principio del fin a los estímulos que la institución activó en marzo del pasado año, con el estallido de la pandemia en Europa.

Y sí, los «detalles» confirman lo anunciado. El Programa de Compras de Emergencia concluirá en la fecha prevista (marzo de 2022). Y hasta entonces, el ritmo de compra de activos continuará disminuyendo. Ya lo había hecho, de 80.000 millones mensuales a los actuales 60.000. Y aún caerá más en el primer trimestre. De forma simultánea, el BCE invertirá los bonos comprados hasta el final del 2024. A partir de abril, entrará en juego el refuerzo del programa ordinario de adquisición de activos: 40.000 millones mensuales hasta junio; 30.000 de julio a septiembre y 20.000 hasta finales de 2022.

El repliegue será lento; el mantra del «paso a paso» –en el que este jueves volvía a insistir la francesa– se consolida como estrategia europea, frente a la de la Reserva Federal de EEUU, que quiere imprimir más velocidad al final de su política expansiva y apuesta por subidas de tipos para el próximo año. «Queremos la máxima elasticidad posible», subrayó Lagarde. Tanto que incluso no descartó la posibilidad de reactivar el Programa de Compras de Emergencia a futuro. «Se puede reanudar si las condiciones de la pandemia empeoran», aseguró.

Y si se tiene en cuenta la nueva proyección de crecimiento, lo evidente es que la actual variante ómicron del coronavirus incidirá en la recuperación. Si bien el año terminaría con una décima más de lo proyectado en septiembre (5,1% frente a 5%), para 2022 la actualización es a la baja (4,2% frente al 4,6%). En 2023 y 2024, la economía en la Eurozona crecerá un 2,9% y un 1,6%, respectivamente. «Ómicron tendrá su incidencia, pero nuestras economías se han vuelto más resistentes», destacó Lagarde.

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Momento excepcional

El otro gran caballo de batalla es la inflación. Se siguen señalando a los mismos culpables: la subida de los precios de los combustibles, el gas y la electricidad. «En noviembre la inflación energética representó más de la mitad de la inflación general», señaló. Además, persisten los problemas en la cadena de suministro y los desajustes entre la oferta y la demanda, y «los efectos de base relacionados con el fin de la rebaja del IVA en Alemania, que siguen contribuyendo al aumento de la inflación, pero sólo hasta finales de este año», aseguró la presidenta del BCE.

Habrá un notable diente de sierra en la gráfica de las perspectivas sobre la evolución de precios para los próximos tres años. El pico, en 2022. Alcanzará el 3,2%, cuando el pasado septiembre la institución auguraba un 1,7% o, lo que es lo mismo, por debajo del índice de referencia del 2% que es el que orienta las decisiones del BCE. En este punto, Lagarde insistió: el momento es excepcional y la situación se normalizará. «A lo largo de 2022 esperamos que los precios de la energía se estabilicen», precisó.

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