La economía de Burgos cierra un «buen año»

De hecho, a falta de tener sobre la mesa los datos de finales del ejercicio, la inmensa mayoría de los grandes indicadores económicos apuntan a un cierre en positivo, tal y como reconocen los responsables de la patronal burgalesa, que hoy ha analizado el escenario económico provincial aprovechando la celebración de su Junta Directiva.

En este sentido, los responsables de FAE han destacado varios aspectos, como los vinculados al empleo. Y es que, a pesar de todos los contratiempos, incluido el incremento de paro de los últimos meses, lo cierto es que el mercado laboral de Burgos presenta ahora mismo una «muy buena» fotografía general.

De acuerdo a los últimos datos oficiales del INE, la provincia tiene una tasa de desempleo del 6,94%, un 0,7% más que el año pasado al cierre del tercer trimestre, pero el cuarto índice más bajo de todo el país. A esto se le añade que el paro registrado ha descendido en alrededor de un millar de personas respecto al cierre del pasado ejercicio y que la provincia cuenta con 2.750 afiliados a la Seguridad Social más. Además, la contratación indefinida continúa al alza a raíz de la última reforma laboral y ya se mueve en una horquilla de entre el 30% y el 40% todos los meses.

Se trata, en todos los casos, de cifras mucho mejores que las que presentaba el mercado laboral en Burgos en 2019, último año antes del estallido de la pandemia. De hecho, se acercan ya a las cifras registradas durante los años de gran bonanza económica previos a la crisis del ladrillo.

A juicio de los responsables de FAE, ese buen comportamiento tiene varias causas, entre las que destaca el incremento del consumo interno y, sobre todo, el potencial y diversificación de la industria local. Y es que, aunque Burgos ha perdido parte de su histórico músculo en este sentido, lo cierto es que es la tercera provincia de España con mayor representación del sector industrial en su PIB. De acuerdo a los últimos datos, correspondientes a 2020, la industria representa nada más y nada menos que el 31,5% de la riqueza total de la provincia. Sólo Castellón (33,19%) y Álava (31,66%) superan este índice en todo el país.

También presenta una fotografía de situación relativamente positiva el propio tejido empresarial, toda vez que en los primeros diez meses del año se han creado en Burgos 282 empresas, 30 más que en el mismo periodo del año pasado, mientras la estadística de disolución de sociedades se mantuvo por debajo (141). La nota negativa en este sentido es la desaparición o recorte de personal de un puñado de empresas con relativa importancia.

También destacan desde la patronal el buen momento que está teniendo el mercado exterior, ya que las exportaciones de productos 'made in Burgos' se sitúa ahora mismo en máximos históricos. Durante los primeros nueve meses del año, las empresas de la provincia vendieron en el extranjero bienes y servicios por valor de 2.766 millones de euros, la cifra más alta de la historia y alrededor de un 3% más que el año pasado a estas alturas.

Asimismo, el turismo ha terminado de recuperar el pulso a lo largo de este ejercicio y el sector ya tiene mejores datos que los registrados antes del estallido de la crisis sanitaria, que afectó especialmente a dicho sector.

De esta forma, la única gran nota negativa del análisis anual de FAE se observa en el mercado inmobiliario e hipotecario. Y es que, las paulatinas subidas de tipos de interés impulsadas por el Banco Central Europeo han supuesto un duro golpe para el sector, que en los últimos meses ha frenado en sector la positiva evolución que arrastraba en los últimos años.

Con todo, y a pesar de cerrar el año en positivo, la patronal burgalesa advierte de las numerosas «incertidumbres» que se ciernen sobre la economía. A este respecto, el presidente de los empresarios, Miguel Ángel Benavente, ha asegurado que la principal duda viene derivada por la «situación política», que «nos arrastra a todos».

Al hilo de ello, Benavente también ha insistido en la necesidad de aumentar la «productividad» y ligar los salarios a la misma, y no al IPC. Eso, a su juicio es lo que permitirá a España y Burgos ser más «competitivos» en un escenario internacional cada vez más complicado.