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La respuesta está siendo más que satisfactoria. Apenas unos meses después de iniciar su andadura, el Centro de Dinamismo Empresarial impulsado por la Fundación Caja de Burgos en el edificio Nexo parece haber cogido velocidad de crucero. Así lo demuestran los datos de ocupación, que ... han «superado las expectativas» con las que se planteó el proyecto a corto plazo.
En este sentido, Javier Cuasante, responsable del área de la Fundación, insiste en que el proyecto nació tras detectar una «demanda» latente de este tipo de instalaciones en Burgos, donde anteriormente ya se habían consolidado proyectos similares, como el Espacio Emprende gestionado por la Asociación de Jóvenes Empresarios y el Ayuntamiento.
Sin embargo, desde la Fundación se consideraba que no era suficiente. Había mucha más demanda de espacios. Por eso, tiempo atrás se planteó el proyecto de La Locomotora en las antiguas instalaciones de la antigua estación de ferrocarril. Aquel proyecto acabó muriendo antes de gestarse, pero la Fundación decidió redefinirlo y desarrollarlo en pleno centro de la ciudad, aprovechando la apertura de su nueva sede central en el edificio Nexo. Y, de momento, parece que la apuesta ha obtenido respuesta positiva.
Ahora mismo, 11 de los 16 puestos de trabajo en el espacio de coworking y seis de los ocho módulos individuales están ocupados, con varias iniciativas empresariales en la lista de espera.
Se trata, en todos los casos, de proyectos vinculados previamente a los programas de apoyo empresarial desarrollados por la Fundación Caja de Burgos, fundamentalmente el de 'Polo Positivo' y el de 'Emprendedores'. Así, explica Cuasante, el área de coworking, diseñado como un espacio abierto en el que el contacto es fundamental, está planteado para proyectos que, tras pasar por un análisis previo, se encuentran en una fase de desarrollo embrionaria.
En principio, la estancia máxima en este espacio se extiende durante seis meses totalmente gratis, que «en caso de necesidad» podría prolongarse otros tres meses. Eso sí, en ese caso, las solicitudes deberán ser evaluadas de manera independiente y durante esa prórroga se pagaría una cuota de 175 euros al mes.
Por su parte, los proyectos que ya se encuentran en una fase de «aceleración» tienen cabida en los módulos individuales, cuya estancia máxima es de 12 meses. Los seis primeros son gratis, mientras que los otros seis ya tienen un coste mensual de 100 euros. Al igual que en la zona de coworking, la Fundación contempla la posibilidad de prórroga de otros tres meses, con un alquiler de 250 euros.
A este respecto, Cuasante insiste en que el concepto sobre el que se construye la iniciativa pasa por ofrecer un espacio idóneo para que los proyectos maduren, pero temporal. «Las iniciativas deben ser lo suficientemente viables como para resistir en el mercado» sin necesidad de la instalación, subraya. De hecho, todos los proyectos deben ir «cumpliendo hitos» para mantenerse en el programa.
En todo caso, desde la Fundación se muestran «gratamente sorprendidos» por la respuesta obtenida, no sólo por la cantidad de proyectos adheridos, sino por la calidad de los mismos y la capacidad de crear sinergias. «Ya han salido iniciativas conjuntas entre algunos de los proyectos», resume Cuasante. Ese, de hecho, era uno de los grandes objetivos con los que nació el Centro de Dinamismo Empresarial, que se conceptualizó en base a experiencias exitosas en otros puntos de la geografía española, como la Lanzadera de Mercadona en Valencia.
A este respecto, el Centro se caracteriza por su total flexibilidad, con un horario 24/7 para los inquilinos habituales y con un espacio abierto a su uso por cualquier persona sin necesidad de estar vinculado directamente a alguno de los programas de la Fundación. La acogida de este espacio, de hecho, ha «sorprendido», ya que «casi siempre hay alguien trabajando».
Los responsables de la Fundación también están «satisfechos» por el recibimiento que está teniendo el Ágora, otro de los espacios ubicados en el interior del edificio Nexo, destinado al desarrollo de jornadas y actividades relacionadas con el mundo empresarial. Y es que, en los siete meses en los que lleva funcionando ha albergado ya 48 iniciativas en las que han participado casi un millar de personas de manera presencial y otras 460 de manera telemática. Y eso «en un momento complicado».
En todo caso, Cuasante insiste en que el éxito del proyecto depende fundamentalmente de la iniciativa empresarial inherente en Burgos, que cuenta con «un caldo de cultivo excepcional», también en proyectos con «un componente innovador», que son precisamente el objeto de mimo de Caja de Burgos. Y es que, a su juicio, «es necesario poner en valor» la pujanza de la ciudad y provincia en este sentido. «Más allá de las grandes empresas, hay muchas pymes que son auténticos referentes internacionales en sus sectores y que a menudo ni siquiera se conocen dentro de Burgos».
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