De huelga en día festivo: los trabajadores de CaixaBank Burgos vuelven a la calle

Los empleados estaban hartos y siguen. Por eso, en este festivo en la capital burgalesa, varios empleados se concentraron en la plaza de la Libertad para evitar los despidos planteados por la dirección por motivos estructurales. «Pensamos que en Burgos, finalmente, la incidencia sea menor, ya que pasaríamos de los 34 despidos iniciales a 21. Aun así, lo que no queremos es esa forzosidad», recalca Enrique Gutiérrez, de UGT.

Actualmente, en la provincia ya se han presentado alrededor de cien solicitudes de salidas voluntarias. «La mejor salida es la voluntaria. De esta forma, también se podría hablar de movilizaciones voluntarias para aquellos empleados de otros puntos de España que quisieran trabajar en Burgos», incide Gutiérrez, que recalca que «no van a permitir el tiro al pato con los despidos».

Un cierre de oficinas que conllevaría la pérdida de servicios en el mundo rural. «Ocho de cada diez personas en los pueblos nos preguntan por las negociaciones. Se están perdiendo cada vez más servicios y, en este caso, no quedaría ni el cajero. Nosotros no despachamos, asesoramos. Todo eso se desaparecería», añade Gutiérrez, que asegura que con unas cuantías aceptables, «muchos estarían dispuestos a irse».

Precisamente este martes es el tope establecido para llegar a un posible acuerdo. En cuanto a las condiciones de este proceso, el banco propuso inicialmente cuatro grupos de salida para el ERE. Hasta 20 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades para los mayores de 63años. De 58 a 63 años, con más de 15 años de antigüedad, la mitad del salario pensionable con descuento del desempleo y pago del convenio de la Seguridad Social. Para los empleados de entre 55 a 58 años con 15 años de antigüedad ofrece el 50% del salario regulador con máximo de dos anualidades. El resto de la plantilla tendría 25 días por año trabajado con un tope de 18 mensualidades.