El tenista Carlos Alcaraz saluda a Rafa Nadal tras un encuentro en el Mutua Madrid Open del pasado año Efe
Masters 1.000

Nadal y Alcaraz, ante el Mutua Madrid Open más incierto

El balear y el murciano llegan entre algodones al torneo en la capital de España y con expectativas bajas

Enric Gardiner

Martes, 23 de abril 2024, 16:04

Después de uno de los Conde de Godó más descafeinados de los últimos tiempos, sin Rafa Nadal ni Carlos Alcaraz en la final del torneo, se aproxima un Masters 1.000 de Madrid en el que el balear y el murciano llegan ... entre algodones y con las expectativas bajas pese a su éxito pasado en este torneo.

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Alcaraz es el que más optimista debería ser, por su condición de doble campeón, en 2022 ante un exhausto Alexander Zverev y en 2023 contra un inexperto Jan-Lennard Struff, pero unas molestias en el brazo derecho han puesto en duda su participación hasta el último momento. La lesión en el pronador redondo en el brazo derecho le obligó a bajarse del Masters 1.000 de Montecarlo, la primera parada de la gira de tierra batida europea, y de Barcelona, donde defendía título y era ganador de las dos últimas ediciones.

El murciano ha tenido el antebrazo entre algodones en los últimos días y acudió a Barcelona para comunicar por su propia voz la baja: «Tengo el 100% de mi concentración puesta en recuperarme. Mi objetivo es intentar ir a Madrid», dijo hace una semana en la Ciudad Condal.

Con la cautela como bandera, Alcaraz acudió esta semana a la capital y se ha entrenado en la Caja Mágica sin bajar la guardia. Este martes se ejercitó con normalidad y con una intensidad optimista, pero sin despegarse de la protección del antebrazo. Toda precaución es poca para un problema que ya ha costado 500 puntos a Alcaraz, por la baja en Barcelona, y una desventaja de 1.515 puntos respecto a Jannik Sinner por la segunda plaza del ranking ATP, y de 2.835 respecto a Novak Djokovic, que no competirá este año en Madrid.

El murciano no debutará hasta el viernes o sábado y lo hará ante el ganador del duelo entre Alexander Shevchenko y Arthur Rinderknech. En su camino como segundo cabeza de serie del torneo -el primero es Sinner-, aparece Lorenzo Musetti, en tercera ronda; Struff, en octavos de final; Andrey Rublev u Holger Rune, en cuartos de final; y Alexander Zverev, en semifinales. Para la final quedarían Sinner, Ruud o Tsitsipas.

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Falto de ritmo

Nadal también llega con incertidumbre, la que marca semana tras semana su cuerpo. El cinco veces ganador del certamen, cuatro de ellas en la Caja Mágica, pisó en Barcelona la tierra batida por primera vez en casi dos años y demostró su falta de ritmo y de físico en la derrota ante Alex de Miñaur. No le quedó otra que reconocer que, si cedía el primer set ante el australiano, el partido estaba perdido. Unas declaraciones pocas veces vistas en un tenista de la resiliencia y el carácter superviviente del español.

Sus entrenamientos en la Manolo Santana comenzaron el fin de semana y han pasado de ser a puerta cerrada a abiertos al público, al tiempo que su servicio, uno de los grandes lastres en Barcelona por los problemas en el abdominal, gana en velocidad.

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El balear tendrá un debut plácido a priori, ante un Darwin Blanch que ha sido invitado al torneo al estar representado por IMG, la compañía que organiza el torneo. El estadounidense tiene 16 años y nunca ha jugado un partido a nivel ATP en tierra batida. Su única experiencia en el circuito se reduce al pasado Masters 1.000 de Miami, donde perdió en dos sets ante Tomas Machac y donde también apareció como invitado.

Las curvas no se harán de esperar, eso sí, y una hipotética segunda ronda le empareja contra De Miñaur, el verdugo en Barcelona. Mirar más allá de ese partido, antes de saltar a la pista, es una quimera para Nadal, que sabe que Madrid y Roma no dejan de ser preparativos para París, el verdadero objetivo de la gira. «Ahí será el momento para darlo todo», reconoció.

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