borja gonzález
Spielberg (Austria)
Domingo, 23 de agosto 2020, 00:25
En ausencia de Marc Márquez, del jefe, reina el caos en MotoGP. Del dominio firme inicial en las dos pruebas de Jerez de Fabio Quartararo y Yamaha, se ha pasado a unos fines de semana de locura, con altibajos entre los teóricos favoritos ... que han dejado un Mundial difícil de calibrar. También con grandes premios con un punto de anomalía. Los dos del trazado andaluz presididos por unas temperaturas anormalmente altas para lo que suelen encontrarse pilotos y equipos en ese trazado; el de la República Checa, sobre un asfalto muy bacheado y en el que los neumáticos jugaron un papel muy determinante; y los dos de Austria con dos carreras interrumpidas por sendas banderas rojas por dos espectaculares accidentes.
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La de hace siete días, cuando Pol Espargaró empezaba a poner tierra de por medio, plasmando su dominio en entrenamientos. El accidente en el que se vieron involucrados Zarco y Morbidelli y del que se libraron de manera milagrosa Rossi y Viñales, obligó a reanudar una prueba que terminó con el triunfo de Dovizioso, y otra vez de Ducati, ganador de todas las carreras de MotoGP disputadas en el Red Bull Ring… hasta la de este domingo. En el inicio de la vuelta 17, Viñales, que ya había mostrado señales de andar con problemas, se vio obligado a saltar de su moto al quedarse sin frenos. La Yamaha se estampó contra las protecciones de final de recta y empezó a arder; el piloto español salió indemne de un incidente que forzó a detener una carrera que dominaba con solvencia (casi dos segundos y medio de ventaja sobre Nakagami) Joan Mir. Como siete días atrás, la reanudación, esta vez un sprint a doce vueltas, tuvo una cara completamente diferente.
Tras seis giros con Miller y Ducati en cabeza, fue Pol Espargaró el que dio un paso al frente y fue rebasando a sus rivales desde el cuarto puesto de la parrilla de salida para colocarse líder. Por momentos parecía que el español iba a lograr su ansiado primer triunfo en la categoría, aunque todo cambió en una última vuelta más propia de Moto3, con tres pilotos implicados, dos en pelea, el propio Espargaró y Miller, y un tercero a su rueda, Miguel Oliveira.
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Esto en otro pésimo día para Yamaha, que al problema de Viñales (y faltará por ver si al cero en carrera se suma la pérdida de otro motor, el quebradero de cabeza de la casa japonesa) sumó un pobre octavo de Rossi como mejor resultado y, sobre todo, el decimotercero del líder Quartararo, que aún así mantiene la cabeza de la general tras cinco pruebas, aunque con Dovizioso (quinto en Austria) a tan solo tres puntos, en una temporada en la que el líder no ha llegado a sumar ni el 60% de los puntos puestos en juego.
«Todos fallan, aunque es un campeonato en el que ha habido muchas caídas y muchas lesiones», analizaba el gran ausente, Marc Márquez, en una entrevista en DAZN. «Es difícil de analizar, ves a un Maverick que está el quince en los entrenamientos, a un Fabio que va rápido y luego en carrera no, que en Jerez te gana con los segundos que quiere y que luego llega a Brno y le cuesta muchísimo… Dovizioso es quizás el que menos ruido está haciendo, y ya está segundo en el campeonato», comentó el vigente campeón. Un resumen del que está siendo el campeonato más loco que se recuerda, y para el que es muy complicado hacer un pronóstico cuando todavía quedan por delante nueve grandes premios.
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