Cristina Gutiérrez, orgullo burgalés sobre cuatro ruedas

Acompañada de su madre y sus principales patrocinadores, la piloto burgalesa ha sido recibida con honores por el alcalde, Javier Lacalle, que ha querido felicitar personalmente a una «mujer dura» que «ha llevado el nombre de Burgos muy lejos». «Es un recibimiento obligado y sentido» a una piloto que, en apenas unos años, se ha convertido en una auténtica referencia para la ciudad. De hecho, Cristina ya fue pregonera de las fiestas de San Pedro y San Pablo el año pasado.

Visto el segundo gran éxito cosechado en el Dakar, no podía esperarse otra cosa que no fuera una recepción oficial. Una recepción en la que, por cierto, ha habido intercambio de regalos. Una camiseta y una chaqueta del equipo para Lacalle. Un libro fotográfico sobre Burgos para Cristina, quien ha reconocido estar fuertemente «ligada» a la ciudad. De hecho, en el mundillo del motor ya se la conoce como «la burgalesa», un apodo que asume con orgullo.

Y lo seguirá asumiendo, si nada lo impide, durante mucho tiempo. De hecho, tras la experiencia del Dakar de este año, en el que ella y su copiloto encadenaron «varios días sin dormir y sin poder arreglar el coche», Cristina ya tiene la vista puesta en el Dakar de 2019. Así, el objetivo ahora mismo para por intentar mantener los patrocinios actuales -la mayor parte de ellos provenientes de empresas burgalesas como Antolín, Uremóvil o Asti- y diseñar una temporada similar a la del año pasado, esto es, corta y enfocada a la preparación del Dakar.