Yulimar Rojas, la saltadora de leyenda que estuvo a punto de perderse el atletismo

Con unas piernas infinitas, a Yulimar le probaron en los 100 metros vallas (14,81 segundos llegó a correr) y también en los lisos (11,94). Intentaron que saltara altura, lógicamente, y con 17 años se fue a 1,87m, a tres centímetros del récord nacional. El de longitud lo logró con 6,57m, se lo quitaron por un centímetro y este invierno lo ha vuelto a recuperar por otro (6,59m). Sin embargo, había nacido para el triple salto.

A mediados de 2015, Yulimar saltaba 14,20m sin hacer un entrenamiento específico. Fanática de Iván Pedroso, contactó con él a través de las redes sociales y seis meses después ya era campeona del mundo de pista cubierta a las órdenes del cubano. A finales de esa temporada ganó la plata en los Juegos de Río 2016 y un año más tarde el oro mundial en Londres. En Birmingham 2018 repetiría título mundial a cubierto.

El pasado verano Pedroso dio con la tecla definitiva para hacer volar a la incontenible Yulimar, que pone la banda sonora a las Pistas de la Fuente de la Niña en Guadalajara cada mañana. Allí se entrena con algunos de los mejores triplistas del planeta y junto a un buen puñado de populares y opositores a los que regala sonrisas. Porque 'Yuli' contagia alegría, bailando y cantando por el césped de la pista. Es un huracán despreocupado. Luego frunce el ceño, acelera hacia la tabla de batida y... 'Hop, step, jump', cada vez más lejos.

Antes del pasado Mundial de Doha, que ganó con holgura, se quedó a nueve centímetros del récord de Inessa Kravets (15,50m). El pasado viernes 21 de febrero, en Madrid, batió la plusmarca 'indoor' de Tatyana Lebedeva y el Polideportivo de Gallur estalló de felicidad con Yulimar, que se pasó las siguientes tres horas repartiendo abrazos a su entrenador, rivales, periodistas, aficionados... Incluso a la futbolista venezolana Denya Castellanos, estrella del Atlético, que fue a animarla a la final del World Athletics Indoor Tour. «Todavía puedo saltar más, lo mejor está por llegar», aseguraba exultante Yulimar después de lograr el récord. «Pero si sale, sale solo», reconocía. Fluir como filosofía de vida.