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Armand Duplantis posa junto a su récord mundial de salto con pértiga. AFP
Armand Duplantis, un virtuoso de la pértiga creado en el jardín de casa
Objetivo Tokio

Armand Duplantis, un virtuoso de la pértiga creado en el jardín de casa

El jovencísimo plusmarquista mundial comenzó a entrenar en la colchoneta casera que su padre instaló para él cuando todavía iba en pañales

miguel olmeda

Madrid

Martes, 11 de febrero 2020, 00:28

Armand Duplantis no consigue rescatar un solo recuerdo de su infancia sin una pértiga de por medio. Todavía usaba pañales cuando su padre, que llegó a saltar 5,80 metros y a ser noveno en el ranking histórico estadounidense, improvisó su primera colchoneta ... casera en el jardín... Por el bien del mobiliario familiar. A partir de ahí, todo han sido récords: el del colegio, el del instituto en Lafayette, el de la NCAA, el de Suecia y desde el 8 de febrero el del mundo.

Con 20 años cumplidos en noviembre, 'Mondo' (como le bautizó un amigo de la familia) ya ha revolucionado la disciplina más técnica del atletismo. Sin la imponente planta y la musculatura de las leyendas de la pértiga, Duplantis ha elevado el listón humano hasta 6,17 metros... Y subiendo. Porque en Torun el sueco se limitó a destronar a Renaud Lavillenie por el centímetro que le había sobrado cuatro días antes en Düsseldorf, donde derribó al caer con el codo el listón ya superado.

Miles de horas de especialización en el jardín de casa han convertido a Duplantis en un virtuoso con la pértiga, que suple con talento su físico por desarrollar. Nadie en cuatro décadas había batido tan joven el récord mundial de una especialidad que se madura con los años: Sergey Bubka alcanzó la excelencia (6,15m) a los 29 y Lavillenie (6,16m) a los 27. Tampoco nadie, desde Bill Miller en Los Ángeles 1932, ha ganado un oro olímpico en la pértiga con 20 años o menos.

Igual que Lavillenie superó a Bubka en Donetsk, parecía escrito que Duplantis mejoraría al francés en Clermont-Ferrand el próximo 23 de febrero en el All-Star de la pértiga. Sin embargo, el fenómeno sueco adelantó su proeza, quizás por evitar el 'sorpasso' en la propia casa de su ídolo; y es que Renaud y Mondo son inseparables. El galo le aconseja, le anima y le cuida como a un hermano pequeño, e incluso le invita a menudo a pasar unos días en su mansión del centro de Francia. Ahora, el alumno ha superado al maestro.

El oro olímpico es el siguiente paso en la trayectoria natural de Duplantis. Ya saltaba 5,95 metros en su último año de instituto, y se proclamó campeón de Europa absoluto con 6,05 nada más graduarse en 2018. Entonces renunció a unas ganancias millonarias entre patrocinadores y premios por defender los colores de Louisiana State, la universidad de sus padres. En su único año en LSU batió todos los récords posibles, pero se le quedó clavada una espina que ya no podrá quitarse: en la final de la NCAA cedió el título en su peor concurso de 2019... Y aun así saltó 5,80 metros.

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