Zinedine Zidane tiene en perfecto estado de revista al Real Madrid. Los blancos afrontarán embalados la visita a Mestalla del próximo domingo que precederá a la aún más comprometida salida al Camp Nou del miércoles 18, cruciales ambas para el devenir ... liguero del conjunto de Chamartín. Nueve partidos consecutivos sin conocer la derrota desde el naufragio en Son Moix configuran la mejor racha del colíder desde los diez que enlazó entre el 5 de noviembre y el 16 de diciembre de 2017, también con el marsellés al mando. Entonces abrieron venciendo a la U.D. Las Palmas una serie de siete triunfos y tres empates que segaría el Barça asaltando el Santiago Bernabéu en aquel clásico disputado a la hora del vermú la víspera de Nochebuena, siete días después de que la escuadra merengue se cosiese por segundo año consecutivo la escarapela de campeón del mundo en Abu Dabi.
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Siete victorias y dos empates configuran ahora el balance del Real Madrid en sus últimos nueve enfrentamientos, que han devuelto la confianza al vestuario y llenado de esperanza a su parroquia. Un antes y un después precipitado por la llamada a capítulo de Zidane en unos días convulsos en los que su continuidad pendió de un hilo, con una final a vida o muerte en Estambul.
Desde entonces, el Real Madrid colecciona buenas noticias en forma de juego y resultados pese a que por el camino ha tenido que hacer frente a un sinfín de contratiempos a los que el preparador ha respondido con mano diestra. Recuperando cartas a medida que la enfermería se poblaba de baluartes, modificando el esquema para despistar al rival, haciendo crecer de modo paulatino a los refuerzos que llegaron en verano y devolviendo sobre todo el esplendor a sus pretorianos en una rotunda reivindicación del antiguo régimen frente a la revolución que exigían desde diversos estamentos, Zizou ha logrado que su equipo vuelva a aspirar a lo máximo con una colección de datos y sensaciones esperanzadoras pese a su desdén por colgarse medallas.
El primer paso fue taponar la sangría defensiva que amenazaba con tumbar el segundo proyecto del técnico francés. Tras encajar nueve goles en los cinco primeros partidos del curso, el Real Madrid se blindó ante Sevilla, Osasuna y Atlético, encadenando tres porterías a cero seguidas y erigiendo un muro en torno al marco de Thibaut Courtois. El belga, puesto en tela de juicio muchos meses después de su aterrizaje en Concha Espina, ha dejado indemne su meta en seis de las ocho últimas jornadas de Liga que ha disputado, en las que sólo Mallorca y Real Sociedad han sido capaces de hacerle una muesca por barba. Sumando las dos de Champions contra el Galatasaray, son ocho de sus doce últimos duelos sin recoger el balón de la red.
Gracias a las intervenciones del cancerbero y de su suplente Areola, pero también a la disciplina, sacrificio y rigor del bloque, el Real Madrid presume de la segunda mejor defensa de la Liga con once tantos encajados, uno más que el Atlético, a razón de 0,73 por encuentro frente a los 1,2 que promedia el Barça. Los blancos cuentan también con el segundo mejor ataque, con 32 dianas en quince partidos. Nueve menos que el Barça pero nueve más que los tantos que acumuló en el mismo tramo liguero la campaña anterior.
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El Real Madrid ha ganado solidez y ha recuperado pegada, espoleado en esta última faceta por un imperial Benzema pero con una aportación coral. Varane fue el último en sumarse con su tanto al Espanyol a un batallón de artilleros que integran ya quince miembros del plantel en el campeonato doméstico. Diecinueve de los tantos provienen de los delanteros, pero la medular (ocho dianas) y la zaga (cinco, tres de ellas en los dos últimos choques) han aportado su cuota correspondiente.
Aunque al ganador del trienio de 'orejonas' sin freno suele reprochársele su falta de confianza en los jóvenes, ha dado galones a Valverde y Rodrygo, aprovechando la baja de Hazard y Bale para hacer terapia con Vinicius. Su desborde y verticalidad ante el Espanyol fue clave pese a que siga resistiéndole el gol y el carioca empieza a ver algo de luz al final del túnel.
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El posible regreso de Bale -que volvió a entrenar este domingo con el grupo- para el duelo ante el Valencia ampliará el abanico de opciones en ataque, siendo el lateral zurdo el principal quebradero de cabeza de Zidane. Lesionado Marcelo y sancionado Mendy por dos absurdas entradas a Víctor Gómez, lo más probable es que sea Nacho el que ocupe ese costado como hiciera ante Osasuna, Atlético y Brujas antes de caer lesionado en este último partido. Tras más de dos meses sin jugar, lo normal es que el canterano retorne el miércoles al once ante los belgas en la Champions y coja ritmo antes de pisar Mestalla, donde debutó con el primer equipo hace más de ocho años en aquella goleada con triplete de Higuaín y doblete de Kaká. Allí estará también Casemiro, que sigue apercibido con cuatro amarillas, por lo que de ver otra cartulina se perdería un clásico que Zidane no concibe sin su concurso.
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