Los retos de Quique Setién para revitalizar al Barça

En los desplazamientos no se observa una superioridad del Barça hacia sus rivales, suele comenzar perdiendo y cuando remonta gracias a su pegada, no sabe manener la ventaja. Y en el clásico del 18 de diciembre el Real Madrid fue mejor en el Camp Nou incluso con el balón pese al 0-0.

Era lo más parecido a las dos Ligas del teletexto, cuando Txiki Begiristain, entonces director deportivo, reconoció que el club no reaccionó al ver al equipo bien posicionado en las clasificaciones, una etapa luego bautizada por el presidente, Joan Laporta, como la de la autocomplacencia que supuso dos años en blanco (2006-07 y 2007-08) y el adiós de Rijkaard, Ronaldinho y Deco. El Barça sí ha reaccionado ahora y Quique Setién se ha encontrado con varios deberes por delante para acabar con las comparaciones con aquella etapas de cracks descontrolados.

Valverde se movía poco de un once tipo, un hecho que provocaba que los que no se sentían titulares acabaran desganados y con poca chispa cuando por fin se les reclamaba. Los caprichos de los jugadores con más peso en el vestuario tampoco ayudaban a crear un ambiente solidario en el día a día. Setién tiene que lograr que la plantilla esté unida y que todos los jugadores se sientan importantes para echar una mano.

La clave de todo. Valverde tenía química con el '10', pero a base de hacerle demasiadas concesiones en el campo y fuera. Como acaba resolviendo casi todos los partidos, más vale ir de la mano porque acaba dando títulos. Pero cuando la 'Messidependencia' no funciona (un buen marcaje, un día sin puntería o una jornada sin sensaciones físicas), comienza a brillar por su ausencia un Plan B alternativo y más colectivo.

El reto es que sin balón se implique más en el esfuerzo del grupo (colocación táctica, presión alta, repliegue....) sin que su aportación individual se vea mermada. Y no decirle que sí a todo (días de descanso de la plantilla, compañeros con los que prefiere jugar porque se entiende mejor....) si se considera que al equipo le irá mejor de otro modo. Eso sí, sin provocar un enfrentamiento personal del que saldría perdiendo el nuevo entrenador y el Barça porque si Messi manda es simplemente porque es el mejor del mundo y lleva una vida arreglando también errores de los técnicos cons sus goles y asistencias. Es na balanza.

Es una de las señas de entidad de los equipos de Quique Setién y lo ha sido siempre del Barça, pero esta temporada se está evidenciando una falta de automatismos alarmante y una pérdida de confianza notable en la elaboración del juego desde atrás, señal de que en los entrenamientos se estaba dejando de insistir a los jugadores en un concepto que por interiorizado que esté, no se puede dejar de practicar. Cuando el rival presiona arriba con agresividad, las pérdidas de balón en zona de peligro son numerosas. Examen inmediato ante el Granada para Setién en ese sentido.

El Barça ha dejado de jugar con las líneas juntas y de estar coordinado en la presión alta tras pérdida de balón. Va relacionado con la autoestima de los jugadores y lo importante que se sientan en el campo. Busquets, admirado por Setién, es una sombra de lo que fue, y De Jong ha ido hacia atrás en su rendimiento, como Arthur.

No es uno de los puntos fuertes de Setién, con una apuesta ofensiva que en la UD Las Palmas y en el Betis conllevaba agujeros en la retaguardia, pero en el Barça está obligado a aumentar la seguridad defensiva si quiere ganar títulos. El equipo azulgrana viene de encajar tres goles en un partido de la Supercopa de España y ya lleva 23 recibidos en 19 jornadas de Liga. El nuevo técnico intentará que el rival tenga menos ocasiones a través de posesiones más largas, un factor que el Barça de los últimos años estaba dejando de lado para ser más directo.

La lesión de Luis Suárez le da la posibilidad de alternar sistemas de juego. Nunca se sabrá que hubiese sucedido con el uruguayo en condiciones. El tridente Messi, Luis Suárez y Griezmann era intocable para Valverde y lo sería para Setién. Da mucho en ataque, pero descompensa al equipo en la creación de juego y a nivel defensivo. En su primera rueda de prensa ya avanzó que tiene en la mente alternar sistemas de juego, como hizo en el Betis: 4-3-3, 3-4-3, 4-1-4-1.... Se intuye un Griezmann más centrado con Messi de mediapunta. Queda por ver si se fichará un '9' puro.

Valverde ha hecho debutar a Ansu Fati con 16 años y ha contado con varios canteranos de forma puntual, pero no como apuesta decidida. Setién proclamó que «si el talento se abre paso, adelante». De momento ya ha ascendido a Riqui Puig, el centrocampista del filial que ha protagonizado debates encendidos en el entorno durante la 'era Valverde'. Muy vistoso, pero con físico cuestionable y demasiado pendiente de la galería. Es cierto que al primer equipo le ha faltado energía esta temporada, pero deberá calibrar bien de cara a la reacción de los pesos pesados de la plantilla cómo da paso a los jóvenes.

El Barça no ha acabado bien los últimos partidos. Se impone la sospecha de que Valverde había descuidado la preparación física, condicionado por las pocas ganas de trabajar en el día a día de algunos de sus cracks. Quique Setién también tiene que pedir un plus en ese sentido sin herir susceptibilidades. En el Barça puede ser más complicado implantar unas nuevas condiciones extrafutbolísticas que no una mejoría en el juego.