Falta de 'seny' y decoro

Como si de 'El Show de Truman' se tratase, desde el club se han retransmitido las negociaciones con otros entrenadores. El pasado verano, como en el caso de Ronald Koeman, o este mismo mes de enero, también con el holandés y Xavi Hernández, el que más gustaba para llegar ya.

Que Bartomeu ha rozado el ridículo como presidente azulgrana lo demuestra el verano que protagonizó con Neymar, las intentonas frustradas por sustituir a Valverde o el currículum de fichajes y salidas que han dejado en mal lugar al Barcelona. Boateng o Coutinho son ejemplo de ello. El presidente claudicó a los intereses del vestuario cuando tendría que haber tomado la decisión de cambiar de entrenador y ahora ha buscado una solución rápida y mala a la crisis de identidad que vive el equipo.

El Barcelona no despedía a un entrenador desde 2003 y lo hace Bartomeu, que tuvo que improvisar un plan B porque Xavi le dio con la puerta en las narices. Valverde ha encontrado el respaldo de profesionales del fútbol por las formas mostradas desde el club culé y su presidente a la cabeza.

Xavi ha dejado claro que quiere entrenar al Barcelona, pero no quiere recalar en el club de su vida de esta forma. Todo lo que ha rodeado a la intentona culé por fichar a Xavi ha sido grotesco para las partes. Todos entienden que Valverde no merecía ser despedido así. Todos menos el presidente. Jugadores y entrenadores lo han mostrado públicamente y gran parte de la directiva se lo ha hecho saber de forma interna a Bartomeu, que ha faltado el 'seny' catalán.