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Real Madrid y Atlético llegan al derbi en pleno subidón. Los blancos acumulan nueve triunfos consecutivos en una marcha incontenible por ahora a la que quiere poner coto el Atlético. Los pupilos del Cholo Simeone arrastran un curso plagado de dudas, pero encaran la cita ... espoleados por el chute de moral que ha representado su victoria frente al Oporto en la Champions, donde volverán a estar en el bombo de octavos, pese a llegar a la última jornada de la fase de grupos contra las cuerdas.
Un triunfo de los locales, que encadenan diez duelos seguidos de la máxima rivalidad capitalina en el campeonato doméstico sin hincar la rodilla, supondría un golpe determinante para el devenir de la Liga. Por mucho que quede más de medio campeonato por delante, trece puntos de ventaja para el conjunto de Chamartín serían un obstáculo casi insuperable para el irreconciliable enemigo colchonero, que afronta un 'match ball' en contra en pleno mes de diciembre.
Todo parece sonreír a la escuadra de Carlo Ancelotti, que desde el último parón por los compromisos de las selecciones mantiene pisado a fondo el acelerador para aumentar el colchón de puntos que le distancia de sus inmediatos perseguidores. Desde la derrota a comienzos de octubre en Cornellà, solo Osasuna, con un empate logrado en el Santiago Bernabéu en la undécima jornada, ha sido capaz de interponerse en el camino de un equipo que ha cosechado 22 de los 24 últimos puntos en disputa y únicamente ha encajado cuatro goles en sus siete fechas ligueras más recientes.
El asfixiante maratón de las últimas semanas, plagado de citas trampa, no ha hecho mella en el avance del Real Madrid, pese a que su técnico apenas rota por imperativo legal. Mientras sus soldados no caigan derrengados sobre el verde, mantendrá intacta la disposición de las tropas, por más que el pasado le recuerde los peligros de semejante plan de batalla.
Ancelotti tiene además una cuenta pendiente con Simeone, al que fue incapaz de doblegar en los cuatro duelos ligueros que mantuvieron a lo largo de la primera estancia del preparador de Reggiolo en el banquillo del Real Madrid. Tres victorias del argentino y un empate es el balance en el torneo de la regularidad de un pulso que adquirió un cariz muy distinto en la Champions, donde el transalpino le birló a su homólogo la 'orejona' de Lisboa.
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Para cobrarse esa cuenta pendiente que tiene en la Liga, Ancelotti recupera efectivos: Bale y Benzema, que se ejercitó el sábado con sus compañeros y regresó a la convocatoria, tras perderse la cita frente al Inter por las molestias en los isquiotibiales de la pierna izquierda que dieron foco a Jovic contra la Real Sociedad. El técnico confirmó que el galo jugará. Y eso son malas noticias para el Atlético. Porque el '9' del Real Madrid va un tiro: lleva 12 goles y 7 asistencias en un torneo en el que el Trofeo Pichichi caerá, esta vez, en manos de un mortal. Cierto es que el Atlético no es ni mucho menos el rival que mejor se le da. Apenas ha anotado 6 dianas en 36 enfrentamientos contra el cuadro rojiblanco. Pero ese registro puede constituir una motivación adicional para un ariete que, esta vez, dispone de un aliado de lujo.
Vinicius se estrenó con el Real Madrid en un derbi con Julen Lopetegui. Su papel fue testimonial. Ahora comparece como cabeza de cartel. Sus diez dianas y dos asistencias en Liga, a las que agrega dos tantos y tres pases de gol en la Champions, le han convertido en la sensación del momento y en la principal amenaza para desequilibrar a un Atlético que pisará el Bernabéu con una zaga irreconocible.
Las bajas por lesión de Giménez y Savic han privado a Simeone de sus mariscales en la retaguardia. Tampoco está disponible Vrsaljko, que literalmente se partió la cara por su equipo en Oporto. Ello obligará al Cholo a mantener a Kondogbia como central postizo.
Pese a todo, el Atlético, que podrá contar con Luis Suárez como recambio de Cunha, tiene argumentos de sobra para dejar en cinco la serie de partidos seguidos sin ganar en el feudo del Real Madrid. Desde el desborde de Carrasco, Lemar y Correa hasta el olfato del delantero brasileño y Griezmann, pasando por el momento dulce por el que atraviesa De Paul.
Los rojiblancos, además, saben por experiencia propia lo rápido que puede bajar el suflé. Les sucedió hace justo un año, cuando visitaron el Alfredo Di Stéfano en la cresta de la ola y el Real Madrid les mandó al rincón de pensar con un contundente 2-0. Aquella Liga que parecía ir decantándose en diciembre se resolvió en la última jornada. Su objetivo es que el guion se repita.
El Real Madrid se metió media Liga en el bolsillo y dejó al Atlético al borde del jaque mate. El conjunto de Carlo Ancelotti se impuso en el derbi con goles de Benzema y Asensio que coronaron dos contragolpes otra vez letales para sumar su séptima victoria consecutiva en Liga, la décima entre todas las competiciones. Los blancos, irrefrenables en un tramo de temporada asfixiante que están solventando con matrícula de honor, elevan a 13 la distancia de puntos que les separan del vigente campeón del torneo de la regularidad y distancian ya en 18 a un Barça paupérrimo. Una ventaja sideral, por más que cuenten un partido más disputado y el Sevilla y el Betis aguanten el tirón como pueden.
Lanzado por un Vinicius incontenible, el cuadro de Chamartín vuela hacia unas Navidades dulces. El brasileño sigue sin estrenar su cuenta goleadora en los litigios con el irreconciliable rival de la capital española, pero fue determinante con dos asistencias que pueden valer más de media Liga. Sus culebreos desatan pesadillas en los rivales y elevan el atractivo de un campeonato que su equipo está decantando a la carrera, comandado por un Modric extraordinario y sostenido por un guardameta inexpugnable. Porque el Atlético tuvo sus ocasiones para alterar el resultado, pero en todas ellas se encontró con un Courtois, una vez más, imperial.
Ancelotti, que equilibró sus cuentas con el Cholo, apostó por Asensio como complemento de Benzema y Vinicius en el tridente ofensivo, mientras Simeone reforzó la banda derecha con Correa para que ayudase a Marcos Llorente a intentar contener al ex del Flamengo, a la vez que situaba a Cunha como socio de Griezmann en la delantera. Al punta brasileño del Atlético le faltó un palmo para embocar un centro tenso del postizo lateral diestro en la primera escaramuza y a renglón seguido golpeó alto tras imponerse en una pugna con Carvajal en la esquina del área.
Real Madrid
Courtois, Carvajal (Nacho, min. 81), Militao, Alaba, Mendy, Casemiro, Modric, Kroos, Asensio (Valverde, min. 85), Benzema (Jovic, min. 46) y Vinicius (Rodrygo, min. 86).
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Atlético
Oblak, Llorente, Kondogbia, Felipe, Hermoso, Carrasco (Lemar, min. 46), Koke, De Paul (Héctor Herrera, min. 68), Correa (Luis Suárez, min. 60), Griezmann (Joao Félix, min. 46) y Cunha (Lodi, min. 60).
Goles: 1-0: min. 16, Benzema. 2-0: min. 57, Asensio.
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Amonestó a Felipe, Mendy, Kondogbia, Luis Suárez y Alaba
Incidencias: Partido correspondiente a la decimoséptima jornada de Liga, disputado en el Santiago Bernabéu ante unos 51.024 espectadores. Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Manolo Santana, leyenda del tenis y declarado madridista que falleció el sábado a los 83 años.
El goteo de llegadas expresó la ambición con que los visitantes acudieron al pleito frente a un Real Madrid al que no le cuesta ceder el mando porque es consciente de que su principal fortaleza está en la contra. Así volteó el equipo de Ancelotti el duelo. Robó Modric en la medular y Casemiro activó el contragolpe. Benzema trianguló con Asensio y este con Vinicius, que desde la derecha conectó con Benzema para que el '9' soltase una volea inalcanzable para Oblak.
El lionés alcanzaba su trigésimo séptimo derbi y selló su séptima diana. La segunda consecutiva en un choque de este tipo, puesto que el curso pasado silenció el Metropolitano al propiciar un empate que resultó clave a la hora de mantener la Liga al rojo vivo. Llegaba entre algodones a la cita, pero levantó al Bernabéu una vez más con un gol de bandera que encarriló el choque.
El tanto azuzó las cuitas del Atlético y galvanizó al Real Madrid, que cobró empaque al dictado de Kroos y Modric. Metían pausa y Vinicius aplicaba las burbujas. Lo del croata, probablemente el mejor centrocampista en la historia del equipo más laureado del planeta, fue el enésimo recital. Así se lo reconoció un Bernabéu rendido desde hace tiempo a su genio incomparable.
Pese a ello, el Atlético acarició el empate con una falta botada por Griezmann que buscó la escuadra, pero se estrelló contra un Courtois soberbio. El cancerbero belga atraviesa un momento tremendo y volvió a crecerse ante su exequipo. Oblak también reclamó su cuota de protagonismo con una respuesta estupenda a una picadita de Vinicius, ubicuo.
Hacia esa guadianesca banda izquierda del Real Madrid pendulaban la mayor parte de las propuestas de los blancos, por más que el gol de Benzema se gestase desde el costado opuesto. Los flancos fueron la única vía ofensiva en el primer tiempo de un Atlético al que el Real Madrid cegó los pasillos interiores para mandarle al entreacto con el marcador adverso.
El paso por vestuarios conllevó novedades de calado. Simeone retiró a Griezmann y Carrasco para envidar con Lemar y Joao Félix. Ancelotti evitó forzar más a un Benzema al límite pero resolutivo y alistó a Jovic. Los relevos sentaron bien de entrada al Atlético. Joao Félix probó a Courtois antes de citar a Cunha con el arquero. De ambos retos salió victorioso el de Bree, infranqueable.
Los blancos especulaban con el resultado, algo en lo que el Ancelotti 2.0 es tan docto como el Simeone de otros tiempos. El Atlético dispuso de una rendija, pero Asensio la clausuró. De nuevo en transición. Descargó Jovic como el mejor Benzema, Vinicius engatusó a Felipe y sirvió a Asensio, que empaló a la tronera con su sedoso borceguí izquierdo.
Simeone quemó sus últimas naves introduciendo a Lodi y Luis Suárez por Correa y Cunha, para dar entrada más adelante a Herrera por un De Paul asfixiado. Pudieron recortar distancias los rojiblancos en sendas faltas esquinadas de Lemar que repelió de puños Courtois. Estuvieron a punto de sentenciar los blancos en un servicio de Mendy que Vinicius no alcanzó por una uña. Pero el marcador permaneció intacto porque Courtois se partió la cara para abortar una ocasión pintiparada de Joao Felix sobre la bocina y seguir tiñiendo la Liga de blanco con el músculo del Real Madrid en las áreas.
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