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La 34ª Liga del Real Madrid no será una más entre las vitrinas blancas, cada día más pobladas de trofeos. Con el transcurrir del tiempo, este campeonato en el que el club de Chamartín ha recuperado el dominio del fútbol nacional, se convertirá quizás ... en uno de los trofeos más atípicos de la casi centenaria historia de la Liga. Será el título del coronavirus, el campeonato que más cerca estuvo de quedar desierto, el enésimo éxito de Zidane al mando de la vieja guardia que amenazaba con desplomarse antes de la llegada del técnico francés y que ha vuelto a demostrar por qué es el equipo que dominó con puño de hierro el fútbol europeo en un tiempo que ya parecía muy lejano de las antiguas hegemonías, pero también será la Liga de Karim Benzema.
El galo, criticado en otro tiempo, siempre a la sombra del voraz Cristiano Ronaldo, ha sido capaz de asumir los galones del gol en el Madrid y llevar el peso realizador de un equipo campeón casi en solitario. El talento de Benzema para marcar y generar juego ha superado las decepciones de Hazard y Jovic, las dos grandes apuestas ofensivas del pasado verano, que pese a sus elevados traspasos de 100 y 60 millones de euros han sumado tres tantos en Liga entre ambos. El desempeño del que ya es el quinto máximo realizador de la historia del Real Madrid ha dejado en segundo plano incluso la inexplicable dimisión de Bale, otro futbolista llamado a ser importante que lejos de acaparar los focos sobre el césped, a una edad en la que debería haber alcanzado el punto culminante de su carrera ha acabado siendo noticia por su actitud en la grada.
La excelsa madurez del lionés, aupado por la regularidad y la envidiable condición física que le faltaron en algunos momentos de sus primeros tiempos en el Bernabéu, le ha convertido en el mejor socio para Zidane, pues es el jugador de la plantilla blanca con más minutos en Liga, un total de 3.091 repartidos en 36 partidos disputados, todos menos uno como titular, en 37 jornadas. El galo ha respondido a la confianza de su entrenador de forma inapelable, pues suma ya 21 goles ligueros que le permiten llegar a la última jornada en condiciones de disputarle el Trofeo Pichichi al intocable Lionel Messi.
El galardón al máximo goleador sería la guinda perfecta a un campeonato en el que Courtois tiene en su mano ya el Zamora al portero menos goleado, con 20 tantos encajados en 34 encuentros disputados, el otro registro que explica el triunfo final de un Madrid mutado por obra y arte de Zidane en un conjunto sólido, sacrificado y totalmente fiable, más allá de la exuberancia goleadora de otros tiempos.
Benzema llega a la última jornada a dos goles de los 23 de Messi. Difícil, pero no imposible, pues que en la plantilla blanca tienen entre ceja y ceja darle a su mejor artillero el premio de un reconocimiento individual quedó sobradamente acreditado con el extraño penalti ante el Villarreal, en el que Ramos trató de emular el lanzamiento indirecto patentado por Cruyff y Neeskens en 1982 con escasa fortuna, pues el '9' blanco entró en el área rival antes de tiempo. Salvado por la campana de la invasión de dos futbolistas del Villarreal, el capitán madridista incluso cedió la transformación desde los once metros a su compañero para seguir sumando en la particular batalla con Messi.
Más allá de la pelea por un Pichichi que durante una larga década ha sido coto privado de Messi y Cristiano Ronaldo con la excepción del galardón de Luis Suárez en la temporada 2015-16, otro dato eleva aún más el rol decisivo de Benzema en esta Liga madridista. El francés, un '9' que siempre tuvo alma de '10', es también el sexto máximo asistente del campeonato, con hasta ocho pases de gol, incluido el que protagonizó en la visita al Espanyol, con un toque de tacón para el tanto de Casemiro que es ya por méritos propios la imagen de esta Liga.
El Madrid de Zidane, que demostró mayor voluntad ganadora que el Barça de Setién en el regreso del fútbol, se fija dos últimos propósitos para cerrar la Liga: completar el pleno de once victorias en once partidos después del parón del que plantilla y cuerpo técnico siempre hablaron y aupar a Benzema a la condición de máximo goleador, para completar así un triplete Liga-Pichichi-Zamora que nadie logra desde hace una década, cuando lo consiguió el Barça de Guardiola en la segunda campaña del técnico catalán al frente del banquillo azulgrana.
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