La falta de gol de Messi penaliza al nuevo Barça

El equipo de Ronald Koeman sólo suma dos puntos de los últimos doce en juego, lastrado principalmente por la falta de gol. Ante el Sevilla (1-1) y Getafe (derrota 1-0), quizás no mereció mucho más, pero contra el Real Madrid (1-3) y Alavés (1-1) sí ofreció unas sensaciones y creó unas oportunidades que no se reflejaron en el marcador. En Mendizorroza, por lo menos, Griezmann se reencontró con el gol, estrenándose por fin en esta temporada 2020-21. En Liga de Campeones el Barça sí suma siete goles en dos partidos, pero incluso en Turín perdonó tantas oportunidades que la victoria (0-2) llegó a peligrar.

El técnico holandés, instado por el club a desprenderse de Luis Suárez por motivos económicos, aunque él siempre ha matizado que también estaba de acuerdo en el adiós del uruguayo, pidió el fichaje de un delantero centro goleador que finalmente no llegó por la crisis. Lautaro Martínez (Inter) era imposible por el precio, pero Memphis Depay fue una opción hasta el último momento del último día de mercado porque el Lyon vendía por 25 millones, una cifra a la que un Barça en la ruina tampoco llegó. El holandés no es un gran rematador, pero sí tiene condiciones y calidad del gusto de Koeman. En cualquier caso, no aterrizó Depay, Griezmann sólo lleva un gol de jugada en Liga y Messi, uno de penalti.

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Lo del '10' es sorprendente porque a sus 33 años nadie puede discutir su implicación. Pide el balón, insiste, regatea, remata... Lo normal sería que no marcara por pecar de una cierta apatía, como en alguna ocasión se le criticó incluso en sus mejores momentos como futbolista. Pero simplemente le falta acierto en los metros finales, obsesionándose con la responsabilidad de un gol que no llega. Es lo que le falta a este nuevo Barça más joven que todavía está buscando su identidad: los goles de Messi.