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P. ríos
Barcelona
Domingo, 8 de marzo 2020, 18:24
Al Barça no le basta con una victoria liguera meritoria ante un gran equipo como la Real Sociedad para tranquilizar el ambiente y transmitir una imagen de fortaleza deportiva e institucional en plena lucha por la Liga y la Champions. Como sucedió en el último ... partido en el Camp Nou ante el Eibar, el partido del sábado arrancó con pitos y pañuelos blancos contra el presidente del club, Josep Maria Bartomeu, por la crisis de las redes sociales y su gestión de la planificación en el pasado mercado de invierno.
Lo llamativo fue que esta vez, como el juego del equipo no acompañó, el encuentro acabó con cánticos muy numerosos pidiendo la dimisión del máximo dirigente azulgrana. Y eso sucedió con 1-0 en el marcador y la Real Sociedad atacando en busca del empate, como si al socio del Barça le importara más mostrar su malestar hacia Bartomeu que un posible empate que hubiese sido fatal para la pelea por el título.
No fue lo único que sucedió en esos últimos compases del partido que resolvió Messi con un gol de penalti. Sobre el pitido final, Jordi Alba anotó el que parecía ser el 2-0, luego anulado a instancia del VAR por fuera de juego de Ansu Fati. Pero al lateral zurdo le dio tiempo de celebrar el gol como si no hubiese mañana y lo hizo tapándose los oídos en señal de disconformidad por las protestas del público durante el encuentro derivadas del mal juego azulgrana. Precisamente el día que Gerard Piqué zanjó cualquier polémica con Eder sarabia, segundo de Quique Setién, por sus comentarios en el banquillo durante el clásico, llegó Alba y añadió otro foco de tensión, en este caso con la afición.
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«¿La celebración? Nada, todo bien. A nadie le gusta que el público vaya en su contra. Respeto a la afición, pero también me tienen que respetar a mí. No me gusta que silben en el minuto 15 con empate a cero. Estoy enfadado en general, no con el público», explicó Jordi Alba, sumándose a ese grupo de futbolistas que afirma no saber qué se publica, pero que, sin embargo, se entera de todo: «Hace como cinco años que no leo nada en la prensa porque me encontraba de todo y no me importa básicamente nada. Al público lo respeto y soy el primero en no estar contento con muchas cosas. Si no rendimos como todos esperamos, nos cabreamos todos». Y fue más allá el defensa internacional: «Espero que nos apoyen para conseguir mejorar; me cabrea que se critique cuando somos los primeros que queremos que todo salga bien y no veo jugadores que no corran».
Respecto al 'caso Sarabia', el fuego quedó apagado tras las palabras de todos los protagonistas. Piqué señaló que «cuando el club está en debilidad surgen este tipo de cosas. Decían que no hacíamos el círculo antes del partido porque había mal ambiente en el vestuario, pero era porque al haber cambio de entrenador el calentamiento era diferente. Es totalmente normal que el segundo entrenador se manifieste de esta manera. Lo hemos comentado en el vestuario y lo vemos normal. Todos los jugadores lo entendimos. Pidió disculpas y le dijimos que por nosotros no era, que si era por la imagen del club era entendible, pero a nosotros nos da absolutamente igual. Nos gusta que lo vivan así, que haya pasión en el banquillo. Es normal que ocurra cuando en el club hay debilidad, pero si hay que salir a desmentirlo lo hacemos».
Y el propio Sarabia apuntó que su «esencia no va a cambiar» y que va a «seguir viviendo el fútbol intensamemente» «Estoy orgulloso de ser como soy. Pero tenemos que dar ejemplo a los niños y es verdad que tenemos que cuidar ciertas cosas», concluyó el central.
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