Morata le da un premio excesivo al Atlético

El Atlético, que sigue invicto y lleva cuatro puntos tras empatar con la Juventus y la victoria en Moscú, dejó fuera al Leverkusen en las dos veces que se midieron en eliminatoria directa: una hace tres temporadas y la recordada de 2015 a penaltis. Unos partidos que no olvidan ni Jan Oblak, héroe en la tanda hace cuatro años en un partido que supuso en un punto de inflexión en su carrera, ni Saúl Ñíguez, que marcó el primero de los goles visitantes en un estadio en el que había sufrido una de las lesiones más importantes en su carrera. Marcó un golazo, como hiciera ante otros rivales alemanes (Bayern y Dortmund), que abrió el marcador en un duelo desnivelado hacia los rojiblancos.

Antes de la llegada de Simeone se midieron, con dos empates por 1-1, en la fase de grupos de la Europa League en la 10-11 cuando el equipo de Quique Sánchez Flores quedó eliminado. Simeone, ahora algo «preocupado» debido a que el equipo no termina de carburar, consiguió esa competición la campaña siguiente y en 2018. Y hasta ahí los buenos augurios. Sin Joao Félix, que sufrió ante el Valencia un esguince en el tobillo derecho, y tras cinco empates en los últimos siete partidos oficiales, el equipo parece haber perdido la magia que le acompañó en pleno verano y que le llevó a ser líder liguero al inicio de septiembre. Desde entonces, dos partidos ganados aunque uno fue en Champions y le dejó encaminada la clasificación. Simeone recupera Trippier y Lodi en los laterales mientras que en el centro del campo podría meter a alguien más de banda por el lesionado Joao Félix, con opciones para Correa, Lemar o incluso el recuperado Vitolo.

El equipo de Leverkusen, fundado por Bayer para animar a los trabajadores de la empresa farmaceútica popular por la aspirina, está atravesando una época complicada. No sólo son los flojos resultados (una victoria en sus últimos ocho partidos y 14 puntos de 24 en ocho jornadas de la Bundesliga) sino que además tiene las bajas de Wendell, Bailey y Sinkgraven mientras que Tah y Aránguiz son duda. En principio, Lars Bender entrará en la zaga del Leverkusen que necesita casi un milagro para no quedar eliminado en la fase de grupos ya que incluso peligra la opción de ser tercero para acceder a la Europa League. «Necesitamos dar la sorpresa en los próximos partidos como sea», avisa el director deportivo, Rudi Völler sobre un equipo que únicamente lleva dos triunfos en sus últimos 15 partidos en Champions.

De hecho, su declive es evidente: la pasada campaña en Europa League cayó en dieciseisavos de final ante el Krasnodar. En España solo ha conseguido tres victorias en 18 partidos (la última en Anoeta en 2013) por 12 derrotas «Tras dos derrotas nos encontramos bajo una cierta situación de presión. Tenemos que ofrecer un muy buen juego ante el Atlético durante los 90 minutos. Solo así tenemos una oportunidad realista de llevarnos algún punto. Y si conseguimos puntos, tendremos entonces aún una oportunidad realista en el grupo. Debemos conseguir puntos y lo mejor sería empezar ya en Madrid. La Juventus es sin duda el principal favorito del grupo, pero el Atlético es un rival incómodo con un estilo muy rústico y robusto. Pero siempre ha tenido problemas con nosotros también», apuntó Völler este lunes en Colonia antes de la partida del equipo alemán.

El Atlético sigue muy vivo en Liga y acaricia los octavos de la Champions después de la victoria ante un flojo Bayer Leverkusen gracias a un gol de Morata muy festejado por todo el banquillo en un signo de unión y compromiso, pero Simeone sufre sus peores momentos en el club. Le vitorea el sector de los hinchas más radicales en el Metropolitano pero cada vez se escuchan más pitos como respuesta de una mayoría habitualmente silenciosa. Silbidos que anoche escuchó al ser cambiado, precisamente por Morata, hasta un icono como Koke, lo que indignó a Simeone y al Fondo Sur. El fútbol, como recuerda a diario Zinedine Zidane, es desmemoriado y vive del rabioso presente.

Lo peor de este equipo rojiblanco, incapaz de generar una ocasión clara de gol en el primer tiempo ante el colista de grupo y noveno clasificado en la Bundesliga, es su indefinición. Y no sirve como excusa la lesión de Joao Felix. Más o menos brillante, si algo caracterizó siempre al equipo del Cholo fue que sabía perfectamente a lo que jugaba, sin dudas, sin medias tintas, sin discusiones. Ahora, todo es confusión. Ni siquiera es ese once capaz de moder a los rivales.

Físicamente lejos de su mejor nivel, sin jugadores desequilibrantes, incapaz de dar tres pases seguidos hacia adelante y corriendo demasiado detrás del balón. Con la paulatina marcha de los Raúl García, Gabi, Juanfran o Godín, la pérdida de carácter es alarmante. Y más tras la temprana lesión de Giménez que supo aprovechar Mario Hermoso con una notable actuación. Hasta Diego Costa ya no araña. Qué daño le ha hecho el VAR al punta hispano-brasileño.

Cuatro cambios del Cholo respecto al grupo que firmó tablas ante el Valencia. Trippier y Lodi recuperaron la titularidad en los laterales, Herrera se ubicó en el 4-4-2, en muchas fases un rombo con Koke de enganche y Thomas en el vértice defensivo, y Correa entró de delantero en una renuncia al doble '9' sin Morata. Sin la claridad esta vez del ghanés, que ha sido caerse tras recibir por primera vez halagos unánimes, el Atlético era la nada.

Apenas un tirito de Lodi a las manos del portero en todo un primer período en el que, es cierto, el Atlético tampoco sufrió. Renunciando a una presión alta para no arriesgar, lo que agradecen estos germanos que donde más sufren es en la salida de balón, el elenco local jugó más precupado por el rival que por recuperar algunas de sus viejas virtudes.

Más de lo mismo en el primer cuarto de hora de la reanudación, como si el empate les contentase a los madrileños. Su propuesta, dejar hacer a los teutones hasta que la perdieran. Con otro entrenador y semejante actitud, la bronca estaría garantizada. En el colmo del despropósito, a Costa le llegó un buen centro pero remató con el moflete.

Mejoría, sin embargo, al entrar Lemar por un Correa tristón, sin confianza, como con ganas de emigrar. Se situó el francés por detrás de Costa y enseguida robó un par de balones y espoleó a sus compañeros. Muy buena actitud del galo, al que se le reprocha falta de alma. Arriesgó al fin el Cholo al apostar por Morata en lugar de Koke y encontró premio, excesivo a tenor de lo visto. El ariete madrileño sí acertó con la testa y se estrenó en esta Champions.