El Mirandés salva el escollo del Vimenor y estará en el siguiente sorteo de Copa

Con los canteranos Castillo y Juan Durán en el once inicial, y numerosas novedades con respecto a las formaciones habituales de las últimas jornadas ligueras, se presentó el Mirandés en La Vidriera para afrontar un encuentro que se presumía asequible por la diferencia de jerarquía entre ambos conjuntos, pero que comenzó con susto para los pupilos de Joseba Etxeberria.

Una falta lateral a favor del conjunto local, prolongada en el primer palo, cayó a los pies de Palazuelos, que batió a Ramón Juan a bocajarro. El tanto, que fue invalidado por fuera de juego del veterano futbolista local, despertó al cuadro jabato de su letargo. El Mirandés dio entonces un paso al frente y comenzó a embotellar al Vimenor en su campo, monopolizando todas las acciones de peligro del primer acto.

Con un Marcos Paulo especialmente incisivo por el costado izquierdo, el equipo de Etxeberria, de amarillo sobre el césped sintético de La Vidriera, no tardó en adueñarse de las ocasiones. Perdonó el propio futbolista portugués nacido en Brasil en una acción dentro del área en la que se le hizo de noche, y también Castillo en un mano a mano bien resuelto, minutos más tarde, por el cancerbero local.

No hubo más indultos. En el minuto 32 Roberto López aprovechó un clamoroso error del central Noreña, que intentó salir con el balón controlado desde la frontal del área, para marcar a placer el 0-1. Cinco minutos más tarde, en una gran acción individual, Marcos Paulo anotó el segundo tanto de disparo cruzado, sepultando cualquier intento de insurrección local.

La renta antes del descanso pudo ser más amplia para los hombres de Joseba Etxeberria, que dilapidaron una cuádruple ocasión al filo del intermedio y que se toparon sistemáticamente en los compases finales del primer tiempo con la figura inmensa del guardameta Iván, sin ninguna duda el mejor futbolista de su equipo.

En la segunda mitad, el ritmo del partido decayó considerablemente. Un disparo franco de Diego Pelayo, que se perdió por encima del travesaño de Ramón Juan hacia el ecuador del segundo acto, fue el único sobresalto para el conjunto jabato ante un Vimenor espoleado por su animosa parroquia. Pero el partido ya estaba visto para sentencia.

El ingreso de Óscar «Pinchi» por un buen Marcos Paulo aportó algo de mordiente al ataque del Mirandés en el tramo final, aunque las tentativas con disparos desde fuera del área no bastaron para ampliar la renta. Finalmente, el equipo jabato hizo buenos los pronósticos y cumplió con su favoritismo para ganarse otra ronda en la Copa.