Hay momentos en los que el corazón de un aficionado al fútbol pierde el color. Da lo mismo ser del Barça, que ser del Madrid, de la Arandina o del Burgos CF. Un recoge pelotas, un joven aficionado, que estaba ejerciendo este noble trabajo en ... el Juan Carlos Higuero de Aranda durante el partido entre la Arandina y el Real Madrid, se estaba -literalmente - congelando de frío. Aranda tiene esa virtud de llegar a los 40 grados en verano y de protagonizar las heladas más fuertes en invierno.
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Y allí, en el estadio, este joven estaba tiritando de frío. Modric y Bellingham le observaban. El chico no se percataba. Y en un momento determinado el delantero merengue cogió la manta con la que el mismo y el croata se tapaban las piernas, salió del banquillo blanco y le echó por encima la manta al recoge pelotas de la Arandina.
Hay gestos que hablan por sí solos. Y este es uno de esos que al aficionado al fútbol le hace reconciliarse con todos. No hace falta ser hincha del Real Madrid para reconocer la humanidad del futbolista. Eso es el deporte. Eso es humanidad.
Probablemente el futbolista ni se dio cuenta de que ese gesto podría dar la vuelta al mundo. Una imagen que se ha hecho viral. Un gesto que consagra como persona al ídolo de masas del Real Madrid. No se pierde en detalles Jude Bellingham, otro joven, este de 20 años, que quizá estababa viendo el sufrimiento del chaval y se tiró a la arena a echar una mano.
No sólo es un crack del fútbol. Jude Bellingham, con este gesto, ha demostrado que, por encima de la rivalidad deportiva -aunque sea con la Arandina – es una gran persona. Son detalles de lo cotidiano, de las cosas pequeñas de cada día; los pequeños gestos de gente pequeña son los que mueven al mundo. Y eso es lo verdaderamente importante.
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El joven recoge pelotas seguro que no va a olvidar este detalle de una estrella británica vestida de blanco. Ni quienes en puridad son verdaderamente deportistas tampoco lo van a olvidar. Ese día en que Bellingham se consagre con la Bota de Oro, un chico de Aranda de Duero podrá decir: «este tipo merece la pena».
Y quienes son amantes del deporte de verdad, del «Altius Citius, Fortius», el lema olímpico que fue utilizado por primera vez en los Juegos Olímpicos de París 1924, sentirán un orgullo especial.
El Real Madrid tuvo que luchar para llevarse la eliminatoria por 1-3. Pero sobre el verde del Juan Carlos Higuero tuvo muchos protagonistas; unos con balón, otros sin él; y otros con una manta bajo el brazo para abrigar a un chaval que va a soñar con la noche del 6 de enero de por vida. Y los amantes de las cosas bellas, también.
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