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Las lágrimas en el adiós de Andrés Iniesta: «Mi carrera ha sido un cuento»

Las lágrimas en el adiós de Andrés Iniesta: «Mi carrera ha sido un cuento»

El exjugador del Barça, que consiguió unir a un país entero con su gol histórico en el Mundial que ganó España en 2010, anuncia su retirada

Isaac Asenjo

Madrid

Martes, 8 de octubre 2024, 12:45

Entre el sonido de los violines de un emblema de la felicidad para Can Barça como el 'Viva la vida' de Coldplay, anunció entre lágrimas Andrés Iniesta su retirada del fútbol a los 40 años. Tras convertir en realidad el sueño del pálido niño de Fuentealbilla, una pequeña localidad donde todo eran ilusiones cuando aquel crío de 12 años hizo las maletas rumbo a Barcelona, el tipo que consiguió unir a un país entero y a todas las aficiones con su gol histórico en el Mundial que ganó España en 2010, puso punto y final en un multitudinario acto en el que se despidió saboreando el exitoso trayecto hasta el día de su adiós.

Lo hizo el manchego agradeciendo y rodeado por su familia, con la que visualizó varios de los momentos más icónicos de su extensa trayectoria deportiva, y que concluyó con el deseo de volver al club en el que siempre fue feliz mientras sonaba la citada canción melancólica y a la vez energética o apoteósica del mítico grupo londinense.

«Nunca pensé que llegaría este día, pero todas estas lágrimas no son de tristeza, sino de emoción y de orgullo. Son las de ese niño que tenía el sueño de ser futbolista. Y lo consiguió, lo conseguimos. Con sacrificio y esfuerzo. Y de nunca rendirse. Valores imprescindible en mi vida. Mi carrera ha sido como un cuento», dijo emocionado, y ovacionado, el ya exfutbolista.

Su despedida se convirtió en el homenaje a un futbolista que será recordado como uno de los jugadores más queridos y admirados del panorama futbolístico español, decisivo en la historia tanto de la selección como del Barcelona. «Fue mágico, fue único. El fútbol ha sido vida y todo para mí». El héroe eterno, goleador inesperado, será recordado por su su elegancia sobre el verde, su visión de juego y el dominio de todos los aspectos que se pueden establecer en un terreno como la creatividad y el control del espacio y tiempo.

Colgó las botas un 8 de octubre, número del dorsal que lució en sus mejores años en el Camp Nou, como en la noche mágica de Stamford Bridge que permitió al Barça liderado desde el banquillo por Guardiola iniciar el camino de un sextete histórico. «La Masia me cambió para siempre, fue el mejor lugar donde podía estar para potenciar los valores que tenía que tener en la vida», destacó el manchego, que ahondó en la influencia que han tenido para él todos los entrenadores por los que pasó. «No podría destacar a ninguno por encima, y no me quiero olvidar de Van Gaal, que me dio la alternativa. Mi agradecimiento a esa valentía, porque no era un momento fácil. Mi otra piel es la selección, y he tenido el privilegio de estar en la mejor época de la selección. Una mención especial a Luis Aragonés , Del Bosque y Lopetegui por ese respeto que me han tenido».

Una carrera de éxitos

Algo más de 5.000 días transcurrieron desde que aterrizó en la capital catalana aquel crío de 12 años, con las lágrimas de quien es menos que un adolescente, hasta que puso patas arriba a todo un país en la ruta hacia la eternidad de Johannesburgo. «Todo se resume con la foto de ese gol, pero lo marcamos todos. Los que luchamos, los aficionados, todos los jugadores. La magia de todos lo hizo posible. Y la magia de Jarque, que nos ayudó desde donde esté», dijo emocionado el exvolante de un Barça histórico, que termina su labor en el césped pero que continuará ligado al deporte rey.

«El fútbol ha sido mi vida y lo seguirá siendo. Necesito aprender, equivocarme, formarme... Estoy empezando con el curso de entrenador, y espero hacer un gran trabajo no corriendo detrás del balón, sino desde el otro lado. Habría jugado hasta los 90 años pero estoy feliz de haber convertido el sueño de ser futbolista», enfatizó tras haber disputado 962 partidos oficiales a lo largo de las 22 temporadas que jugó como profesional. En ellas logró 38 títulos, anotó 102 goles y repartió 188 asistencias.

El de Fuentealbilla, que andaba por el golfo Pérsico apurando sus opciones de seguir en activo con el balón entre los pies, siempre se mantuvo en un segundo plano fuera de los terrenos de juego, sin declaraciones altisonantes, ganándose siempre el cariño de la gente con su sencillez y su actitud comprometida. «No tenía ganas de vivir. No tenía esa alegría o energía que tiene que tener la vida. Te metes en tu cuerpo y tu mente, donde todo lo ves negro. Deseaba que llegase la noche para tomarme mi pastilla y descansar. Era el momento de más placer», explicó hace unos años, cuando la prematura muerte de su gran amigo, Dani Jarque, le golpeó tan fuerte que entró en una depresión y estuvo a punto de abandonar el fútbol meses antes de los dos goles más importantes de una carrera exitosa en donde lo ganó todo.

«La familia ha sido mi motor y fortaleza, donde siempre me he apoyado. Tengo mi gran familia, con Ana y nuestros seis peques. Mención especial para mi padre, que ha sido mi inspiración. Siempre hemos tenido una conexión especial.Mi pasión por el fútbol y lo que he hecho se lo debo a él», finalizó.

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