Triplete del Jumbo Visma y final accidentado en la segunda etapa de la Vuelta a Burgos

La fuga inicial de Jesús Ezquerra (Burgos BH), Diego Pablo Sevilla (Eolo Kometa) y Xavier Mikel Azparren (Euskaltel) dejó un cambio de maillot rojo en favor del ciclista vasco, que aguantó en cabeza 116 kilómetros hasta ser engullido por el pelotón.

El ritmo pausado del pelotón dominó entonces la carrera hasta que, a falta de siete kilómetros, Tao Geoghegan Hart (Ineos Grenadiers) rompió el letargo del grupo y lanzó un ataque respondido por varios corredores, entre ellos el colombiano Santiago Buitrago y el italiano Vincenzo Nibali, que se vio truncado por el accidente.

Comenzaba la segunda etapa a las 13:04 horas desde la localidad de Vivar del Cid con 158 kilómetros por delante hasta el Geoparque de Las Loras, en Villadiego, donde se ha ubicado la segunda llegada a meta de la Vuelta a Burgos 2022.

Con un panorama atractivo para los corredores de esprint como Fernando Gaviria (UAE Team Emirates), la lucha por la montaña pasaba por tres dificultades de Tercera categoría en el Alto de la Lora (km 49,5), el Puerto de Humada (km 90,4) y el Alto de Amaya, a 57 kilómetros de la línea de meta.

Como un calco de la primera etapa. Así se inició la carrera con una nueva fuga de Jesús Ezquerra (Burgos BH), Xavier Mikel Azparren (Euskaltel) y Diego Pablo Sevilla (Eolo Kometa) saltando del pelotón en el primer kilómetro.

Con los equipos bien dispuestos dentro del mismo y Pernsteiner (Bahrain) liderándolo, los tres españoles pusieron en marcha una fuga en la que alcanzaron ventajas de casi siete minutos.

La ascensión al Alto de la Lora, primera subida de la etapa con un 5,7% de pendiente, ponía a prueba las piernas y la voluntad de los tres escapados y que dejó a Xabier Miquel Azparren (Esukaltel) en cabeza de carrera en el tramo entre montañas a dos minutos de sus perseguidores.

De esta manera, sobre el kilómetro 68, el guipuzcuano arrancaba su periplo en solitario al frente mientras que Sevilla y Ezquerra se iba quedando atrás y eran absorbidos por el grupo once kilómetros después.

Por detrás, el pelotón se mantenía en un ritmo tranquilo en parte por el calor que arreciaba este miércoles en la meseta burgalesa, con una velocidad media rondando los 40 km/h y los ciclistas del Burgos BH y el UAE alternándose en la cabeza junto a un par de maillots naranjas del Eskaltel.

Así, en la subida del Puerto de Humada, Joan Bou (Euskaltel) atacó junto a un compañero de equipo para dar aire a Azparren y obligó a replicar al madrileño Diego Pablo Sevilla para intentar retener el maillot rojo como mejor escalador de la Vuelta.

A ritmo de marcha cicloturista, Gaviria y Buitrago se codeaban con otros nombres destacados como el español Mikel Landa (Bahrain), vigente campeón de la carrera, el Tiburón italiano, Vincenzo Nibali (Astana) o el veterano Alejandro Valverde (Movistar Team) a la espera de su momento, tal y como ocurrió con el colombiano en la primera etapa.

Como en la anterior montaña, el Alto de Amaya fue escenario de un nuevo ataque por parte de Bou, al que también se apuntó el cántabro del Burgos BH, Jesús Ezquerra y Sevilla (23 puntos), en un intento por retener su condición de mejor escalador que finalmente le arrebató Azparren (28 puntos).

Sin prisa pero sin pausa, el pelotón neutralizó la escapada del ciclista vasco en el kilómetro 116 y, a partir de ahí, comenzó un baile lento para coger la mejor posición para el último tramo de etapa.

En un cuadrado cuasi perfecto y compacto, los corredores mantenían en vilo a los amantes del ciclismo apenas a 25 kilómetros de la meta con una calma tensa una interrumpida brevemente en Villaute, a 17 kilómetros de la línea de meta, tras un pequeño amago de subir el ritmo.

Este envite sirvió a los ciclistas para terminar de colocarse en líneas de cuatro y buscar los huecos para encarar unos últimos diez kilómetros de recorrido. Con siete por descontar para la meta, el británico Tao Geoghean Hart, (Ineo Grenadiers) comenzó las hostilidades con el primer ataque de la recta final.

Este aumento de intensidad dejó un damnificado sorpresa en Mikel Landa, que se quedó descolgado y sin opciones, pero no sorprendió al maillot morado, Santiago Buitrago, que se activó segundos después.

Nibali y varios corredores cercanos también se apuntaron a la fiesta, lo que provocó que se rompiera el pelotón en pequeños grupos, con un frenético ritmo que terminó por engullir rápidamente a Geoghegan Hart.

Con todos los escapados juntos para el último kilómetro y algunos tímidos intentos de salto, el Jumbo Visma sorprendía tras colocar hasta cuatro corredores (Roosen, Affini, Harper y Dekker) por delante que comenzaron a esprintar enfilados hacia la meta.

Apenas a quinientos metros de la línea, un badén provocó que el holandés David Dekker (Jumbo-Visma), tercero en ese momento, perdiera el control de su bicicleta y sufriese una estrepitosa caída que volteo al ciclista y lanzó la bicicleta por los aires.

Con las distancias reducidas y la velocidad del último esprint, los ciclistas que venían detrás comenzaron a caer tanto a izquierda como a derecha y contra el vallado provocando un caos de corredores magullados por doquier.

La montonera formada y las múltiples caídas producidas frenaron en seco la carrera y zanjaron cualquier opción de los perseguidores que vieron como el conjunto neerlandés cerraba el triplete en esta segunda etapa de la Vuelta a Burgos.