El Villa de Aranda regresa a Asobal tras un partido de infarto

El Tubos Aranda Villa de Aranda logró el regreso a la Liga Plenitude Asobal tres años después al imponerse en la final de la fase de ascenso a la División de Honor Plata al anfitrión, el UBU San Pablo Burgos en una matinal festiva y con un ambiente excepcional en El Plantío. El equipo arandino, apoyado en un espléndido Guitart en la portería, levantó la desventaja que acumulaba al descanso (11-7) y jugó mejor la segunda parte y la prórroga en la que acabó el duelo provincial. Al cuadro capitalino le queda la bala en la recámara de tratar de lograr el billete a la elite en la promoción contra el Frigoríficos del Morrazo, cuya primera cita se celebra ya este miércoles.

Las superioridades por el extremo de Ernesto López, con dos goles consecutivos y provocando una exclusión de dos minutos a Berbel, establecieron las primeras diferencias del envite. Tras el tanto de Linhares (4-1, min. 5), Javier Márquez decidió no esperar más y pedir tiempo muerto. Pese a las primeras paradas de Guitart, el ataque del conjunto amarillo era muy precipitado.

No varió el panorama. El 6:0 del San Pablo Burgos funcionaba a la perfección en un partido que vivió seis minutos sin cambios en el marcador. Rompieron el mal fario Arnau Fernández y Tamayo para dejar la diferencia en mínimos (4-3, min. 12).

Casi nueve minutos después del tanto de Linhares llegó otro de Arthur Pereira para romper la sequía del anfitrión. Fue el arranque de un parcial de 3-0 que estableció la máxima renta del choque (7-3, min. 19). Luego se estabilizó en las tres dianas, con ambos técnicos tirando de muchas rotaciones para buscar frescura de cara a los momentos decisivos.

El encuentro avanzaba con los nervios a flor de piel, lo que dejó innumerables errores no forzados: malos pases, lanzamientos desviados o faltas en ataque. Un tanto de Pinillos, ex del UBU, situó al Tubos a dos dianas. Sin embargo, los minutos finales no le fueron favorables al conjunto arandino. Dos goles en seis metros de Martins colocaron el 11-7 al intermedio.

Un golazo de Domingo llegó a situar otra máxima renta, cinco tantos (13-8, min. 33), aunque el conjunto de Javi Márquez no renunciaba al sueño del ascenso, enganchado a Arnau Fernández y Dalmau (15-11, min. 39). De nuevo el duelo se metió en otra fase sin goles, más de seis minutos, hasta que el mismo Arnau Fernández acabó con la sequía con un tanto en apoyo. Un siete metros transformado por Ivanov agotó la paciencia de Roi Sánchez, que pidió tiempo muerto (15-13).

No resolvió los problemas de su equipo. En doble inferioridad, el Villa de Aranda se puso a un gol tras un tanto por el extremo de Berbel. Y después de una parada de Guitart a Pablo Gómez, llegó el empate, obra de Pinillos (16-16, min. 50). Berbel tuvo el balón para adelantar al cuadro arandino, pero lanzó al larguero. De ahí se pasó al 18-16 tras un precioso fly culminado por Linhares y un gol desde seis metros de Martins.

Márquez pidió tiempo muerto para aclarar ideas, esta vez con efecto: golazos de Ivanov y Arnau Fernández. Roi Sánchez, desesperado, tiró de Moral entre las maderas. Un tanto de Linhares y una falta en ataque de Megías dieron un respiro al UBU San Pablo Burgos, aunque duró un suspiro por otra acción idéntica de Gallardo. El Villa de Aranda alargó al máximo su ataque y el búlgaro Ivanov llevó el encuentro a la prórroga (19-19), tras un tanto anulado a Álex Chan por pisar y un tiro fuera de Megías en el último segundo.

El gol de Rogonovs para abrir el tiempo extra fue la primera ventaja en todo el partido del Tubos Aranda, que, llegando desde atrás, aprovechó perfectamente los nervios del equipo rojillo. Guitart, espléndido, permitió que al final de la primera parte de la prórroga el marcador indicara un 20-23. Ernesto López y Arnau Fernández, tras pérdida de Espinosa, dejaron todo igual, con apenas dos minutos y medio por jugar. Gallardo pisó al lanzar y Virulegio sentenció ante la defensa abierta del San Pablo. Un lanzamiento de siete metros de Álex Chan, que luego erró otro, dio paso al llanto del conjunto cidiano y dio rienda suelta a la celebración de la afición arandina tras consumarse el tercer ascenso del Villa de Aranda a la Asobal.

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