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Ambientazo en el polideportivo del Plantío este domingo por la mañana en la final de la fase de ascenso a la Liga Asobal. Una marea amarilla ha arropado al Villa de Aranda durante todo el encuentro demostrando que son una de las mejores aficiones del balonmano en España y empujando al equipo hasta una remontada que les ha metido de nuevo en la Liga Asobal.
De frente miles de burgaleses entregados con el UBU San Pablo Burgos y banderas del Cid ondeando junto a las de Aranda de Duero en una jornada histórica para el balonmano burgalés. Aficionados de todas las edades han llenado el polideportivo y se han dejado la garganta animando a sus equipos en un duelo de infarto que ha finalizado en empate y con remontada épica para el Villa de Aranda en la prórroga.
Esta fase de ascenso ambos equipos han jugado en casa porque El Plantío parecía por momentos el Santiago Manguán de Aranda con las gradas abarrotadas de camisetas amarillas. «Amarillos incondicionales» es uno de los lemas de la afición ribereña que, tras cuatro años, regresa a la Liga Asobal por derecho propio.
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Por su parte, el UBU San Pablo Burgos ha caído con honores, aplaudido por miles de gargantas, en un encuentro que ha roto récord de asistencia en El Plantío.
Al finalizar el encuentro, el momento más emocionante ha sido la invasión de la pista por parte de una horda de aficionados ribereños para seguir aplaudiendo, cantando y celebrando el regreso a la máxima categoría del balonmano nacional. Abrazos, lágrimas y alegría desbordada por parte de los ribereños que, esté donde esté el Villa de Aranda, se dejan la piel en cada partido.
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