Secciones
Servicios
Destacamos
La palabra crisis, que también puede significar oportunidad, siempre va ligada a la historia del cómic en nuestras fronteras. La historieta perdió su capacidad para llegar a miles y miles de lectores, a través, sobre todo, de la hoy malherida red de quioscos, cuando la televisión era en blanco y negro. Antaño, cuando no existían TikTok ni los videojuegos, los más pequeños devoraban tebeos. La competencia para matar el tedio hoy en día es abrumadora, pero las viñetas mantienen una audiencia fiel y están calando en el público infantil y juvenil. Aparte, la comunidad del cómic, y su rico y expresivo lenguaje, funciona muy bien a la hora de arrimar el hombro y mostrar solidaridad ante grandes problemas de nuestro tiempo. La prueba más evidente del poder del arte secuencial como medio de comunicación cooperativo está teniendo lugar estos días tras la catástrofe sufrida en Valencia por la maldita DANA.
«Estamos los 4 bien». Estas fueron las primeras cuatro palabras que la historietista e ilustradora valenciana Cristina Durán publicó en su perfil de Instagram, dos días después del fatídico 29 de octubre.
Zonas inundadas (satélite Copernicus)
Zona en riesgo por inundación (periodo de retorno 100 años)
Valencia
Benetússer, donde se ubica el estudio ‘La Grúa’, fue uno de los municipios más afectados
Zonas inundadas (satélite Copernicus)
Zona en riesgo por inundación (periodo de retorno 100 años)
Valencia
Benetússer, donde se ubica el estudio ‘La Grúa’, fue uno de los municipios más afectados
Zonas inundadas (satélite Copernicus)
Zona en riesgo por inundación (periodo de retorno 100 años)
Valencia
Benetússer, donde se ubica el estudio ‘La Grúa’, fue uno de los municipios más afectados
Zonas inundadas (satélite Copernicus)
Zona en riesgo por inundación (periodo de retorno 100 años)
Valencia
Benetússer, donde se ubica el estudio ‘La Grúa’, fue uno de los municipios más afectados
La 'gente del cómic' se une ante la adversidad cuando hay que apoyar causas evidentes. El compañerismo ha aflorado estos días para ayudar a Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou, dibujante y guionista de 'El Día 3' (Astiberri), Premio Nacional de Cómic en 2019. Ambos artistas sufrieron en su estudio de Benetússer –la parte baja de su casa– los terribles efectos de la inundación, perdiendo parte de su obra original, equipo y cientos de libros.
Curiosamente, su premiada novela gráfica, una buena muestra de cómic social comprometido, se inspiraba en las investigaciones de Laura Ballester en el libro 'Luchando contra el olvido, el largo camino de las víctimas del metro de Valencia' (Sembra Llibres). El resultado arremetía contra una injusticia terrible: el fatídico accidente que aconteció en Valencia el 3 de julio de 2006, cinco días antes de la visita del papa Benedicto XVI. Narra la historia de los familiares de las víctimas, su lucha contra el olvido y sus reivindicaciones, en un tono de realismo poético.
Realizar mentalmente un paralelismo con lo que está ocurriendo estos días es inevitable.
Durán y Giner Bou no descartan dedicar una futura obra a la tragedia que están viviendo en sus propias carnes. Las muestras de apoyo no tardaron en aparecer tras colgar algunas fotos del desastre en las redes sociales. No solo un aluvión de seguidores, amigos y compañeros de profesión han compartido la venta online de su trabajo (láminas, obra gráfica, algunos originales...) para cubrir los inesperados gastos del estudio mancillado, también algunos dibujantes se han acercado para achicar agua y limpiar el lugar como miles de voluntarios.
Incluso Elinor Dammert, la protagonista de la saga 'Blackwater', cogió una pala y un cepillo en la reinterpretación de Pedro Oyarvide, ilustrador madrileño afincado en Valencia.
«En todo este tiempo, no he podido dejar de conectar lo sucedido con la primera portada de la saga, cuya historia comienza justo después de que una inundación arrase el pueblo de Perdido», escribió en una publicación de Instagram, donde ya cuenta con una recaudación de 85.000 euros que serán donados íntegramente a la Fundación Horta Sud.
Editoriales como Cascaborra están gestionando la venta de dibujos que varios artistas han cedido para recaudar fondos. El 100 % de lo recaudado se destinará a la ayuda a los damnificados.
Según la Asociación de Editoriales del País Valenciano son 34 las editoriales valencianas afectadas por la DANA (un 27% de las 125 que contabiliza la Generalitat en su base de datos).
Se calcula que se han perdido 1.000.000 de libros (29.411 por editorial) y algunas de ellas se han quedado sin el 100% del stock.
Son unos 4,5 millones de euros a precio de coste.
Lo que supondría 15.750.000 euros a precio de mercado.
AUX STEP FOR JS
Además, las afectaciones en instalaciones, equipamientos y vehículos propios de las editoriales ascienden a 500.000 euros. Se suma a ello el millón de euros en pérdidas que calcula el Gremio de Libreros de Valencia en las 11 librerías familiares afectadas en Horta Sud, de las cuales 7 han sido completamente destruidas.
«A nosotros solo nos ha quedado la furgoneta», lamenta Joan Escrivà, vecino de Paiporta y director de Camacuc, una revista de cómic infantil editada íntegramente en valenciano y una editorial del mismo nombre. Pudo escapar con ella de la riada. «Salimos con la niña en brazos y esto es lo que quedó».
Zonas inundadas (satélite Copernicus)
Zona en riesgo por inundación (periodo de retorno 100 años)
Valencia
Paiporta
Ubicación de la revista infantil ‘Camacuc’
Valencia
Paiporta
Ubicación de la revista infantil ‘Camacuc’
Zonas inundadas (satélite Copernicus)
Zona en riesgo por inundación (periodo de retorno 100 años)
Valencia
Paiporta
Ubicación de la revista infantil ‘Camacuc’
Zonas inundadas (satélite Copernicus)
Zona en riesgo por inundación (periodo de retorno 100 años)
Zonas inundadas (satélite Copernicus)
Zona en riesgo por inundación (periodo de retorno 100 años)
Valencia
Paiporta
Ubicación de la revista infantil ‘Camacuc’
Ubicada en un bajo de Paiporta, en el epicentro de la destrucción de la riada que arrastró la DANA del 29 de octubre, la redacción de Camacuc, bajo los dos metros de agua que asolaron el pueblo, quedó destrozada. «Se llevó todo lo que había», lamenta Escrivà. «40 años de editorial y no quedó ni un lápiz». Equipos informáticos, el archivo digital, originales de los ilustradores con los que trabajan…
Paco Roca, valenciano, uno de los nombres más internacionales de nuestra historieta, también Premio Nacional de Cómic de la mano de 'Arrugas', ha elaborado varias imágenes, «sobre la importancia y la frustración de tantos amigos que lo han perdido todo», según sus palabras.
Roca ha aportado su granito de arena a la colaboración frente a la desgracia, pero no es el único. Los ejemplos son muchos, con especial actividad en Internet. La mítica revista 'El Jueves' ha montado una tienda de originales de autores de la revista. Todos los ingresos los destinarán a las personas afectadas por la DANA. La lista de personas del mundo de las viñetas implicadas en esta ola de solidaridad es significativa.
«Ha sido una avalancha de solidaridad», asegura Escrivà, que ya trabaja en poder publicar la siguiente edición de Camacuc, aunque sea desde un ordenador prestado y con una versión de la siguiente revista que quedó guardada casi de milagro en el ordenador de un corrector. «Hemos sentido mucho respeto de la sociedad, de los autores y autoras que han trabajado en la revista y muchas otras personas». En su caso, explica, la mejor ayuda para continuar con el objetivo de fomentar la lectura en valenciano de los más pequeños es una suscripción.
La revista Gráffica, especializada en diseño, creó un repositorio con obras de cerca de 400 diseñadores, ilustraciones y artistas visuales a través del que ya han recaudado más de 10.000 euros que llegarán «directamente a las personas más necesitadas, especialmente a aquellos colectivos relacionados con el diseño y la cultura visual».
Lorena Rodríguez (’De fang fins al cor’)
Marisa Maestre
Ramón Mascarós (’Senyora’)
Celia García Fernández
Lorena Rodríguez (’De fang fins al cor’)
Marisa Maestre
Ramón Mascarós (’Senyora’)
Celia García Fernández
Lorena Rodríguez (’De fang fins al cor’)
Marisa Maestre
Ramón Mascarós (’Senyora’)
Celia García Fernández
Lorena Rodríguez (’De fang fins al cor’)
Marisa Maestre
Ramón Mascarós (’Senyora’)
Celia García Fernández
No es la primera vez que ocurre algo así, ni será, desgraciadamente, la última. Fue sonado el apoyo incondicional a la víctimas del atentado que sufrió en su redacción la revista satírica francesa 'Charlie Hebdo'. Las redes sociales se llenaron de muestras gráficas de denuncia y solidaridad. Cuando alguna figura fundamental del medio vive algún mal momento, también aflora el compañerismo, por no hablar de los obituarios y homenajes cuando marcha alguien de peso.
Más de esta serie
B. Crespo / L. Aróstegui / S. I. Belled
B. Crespo / L. Aróstegui / S. I. Belled
Otro ejemplo curioso de viralidad y fraternidad entre la 'gente que hace tebeos' se dio con motivo de las últimas elecciones en nuestro país. Las redes sociales se convirtieron en una explosión de participación con cientos de ilustraciones inspiradas en el carismático Porco Rosso, personaje emblemático protagonista de la popular película del maestro Miyazaki y Studio Ghibli. Su objetivo era incentivar el voto. El ilustrador e historietista Álvaro Ortiz fue el impulsor de la iniciativa, invitando a otros artistas a unirse a la causa y llenar las redes con su interpretación de la icónica figura del anime.
El uso del hashtag '#Antescerdoquefascista' se convirtió en un grito de resistencia y un recordatorio de la importancia del voto en las democracias, haciendo eco de una frase emblemática de la película, ambientada en la época de Mussolini en Italia. Otro caso diferente: el pasado año se organizó durante el Salón del Cómic de Barcelona una subasta benéfica en honor al gran Carlos Pacheco. Todos los fondos recaudados se donaron a la Asociación Española de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Algunos de los artistas que contribuyeron a la propuesta fueron Jorge Jiménez, Gabriel Hernández Walta, Emma Rios, Àlex Santaló, Jorge Fornés, Luis Bustos o Álvaro Martínez Bueno, entre otros. El poder del cómic es notable e incansable. No hay que subestimarlo.
Este es un gran reportaje que se publica por entregas cada miércoles, vinculado a una newsletter a la que te puedes apuntar aquí . El cómic, la novela gráfica, los tebeos, o como queramos llamar al arte secuencial impreso, subió como la espuma en ventas durante la tremenda pandemia. Las cifras actuales superan los números manejados antes del coronavirus, donde la lectura significó una opción magnífica para matar el tedio durante el encierro, pero 2024 trae una recesión incierta que afecta a las librerías y editoriales. En general, el medio sigue siendo un gran desconocido, tanto para el gran público como para los medios e instituciones, pero se van dando algunos pasos firmes de cara a su «normalización», como el ya consolidado Premio Nacional o el Libro Blanco del Cómic, incompleto pero necesario, publicado a principios de este año. Urge arrojar luz sobre una disciplina artística en expansión, en continua efervescencia inventiva, que no siempre permite vivir holgadamente al artista. Al habla con varios profesionales del sector sobre su estado actual, las últimas tendencias del mercado, la precariedad laboral, su internacionalidad y lo difícil que es emplear la palabra industria por encima del altruismo, entre otros temas básicos que afectan a un arte gráfico en constante movimiento. Creativamente, el cómic está mejor que nunca, se edita más que nunca, pero parece imposible quitarse de encima la dichosa palabra crisis.
Créditos
Narrativa, coordinación y desarrollo Sara I. Belled
Redacción Borja Crespo y Sara I. Belled
Diseño e infografía Leticia Aróstegui
Publicidad
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
Rocío Mendoza, Rocío Mendoza | Madrid, Álex Sánchez y Virginia Carrasco
Sara I. Belled y Clara Alba
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.