La Catedral de Burgos amplía liturgia y abre la Capilla del Santo Cristo de Burgos mientras se prepara para reabrir en la fase 2

La Seo burgalesa cerró sus puertas el 14 de marzo, primer se suspendió la visita turísticas y luego la actividad religiosa. Ahora, avanzando en el plan de desescalada, se ha recuperado el culto en la Capilla de Santa Tecla, con todas las medidas de seguridad e higiene preceptivas y con aforo limitado, recuerda Idoa Larrea, gerente de la Catedral de Burgos.

«La prioridad en este momento es la seguridad», insiste, y será en el plan de reactivación de la Seo. Se implementará de manera progresiva, según se vayan flexibilizando las medidas, así este domingo se incorporará la misa de la tarde en Santa Tecla, que está celebrando culto solo en horario de mañana. Y también se abre este fin de semana la Capilla del Santo Cristo de Burgos para la oración de los fieles.

Sin embargo, el monumento no podrá abrirse hasta la fase 2 y se está adaptando la infraestructura para cumplir con los requisitos de Sanidad. Limpieza y desinfección previas, que se mantendrán con unas exigencias elevadas; equipos de protección para el personal; suministro de geles hidroalcohólicos para los visitantes; definición de aforos en cada uno de los espacios, diseño de recorridos para evitar aglomeracios y señalización correspondiente de los itinerarios.

Larrea recuerda que la Catedral de Burgos tendrá que prepararse para reabrir sus capillas, recuperar liturgia y recibir visitantes tanto en el templo como en sus espacios museísticos y expositivos, y cada actividad requiere de unas medidas específicas junto a las generales. Así que, la última palabra sobre cuándo reabrir la tendrá el Cabildo Catedralicio, para garantizar la seguridad en todo momento.

La recuperación de la actividad llevará aparejada también la recuperación de las ceremonias. Las bodas, con aforos limitados, se podrán empezar a celebrar en la fase 2, recuerda Larrea. «Hay que ir poco a poco» y asumiendo que las medidas se seguridad han venido para quedarse, que tenemos que habituarnos a las mascarillas, a los geles hidroalcohólicos y a los aforos limitados.

Lo importante es poder ir recuperando la normalidad y en la Catedral trabajan con ilusión, también pensando en el 2021 cuando se celebra la fecha central de la conmemoración del VIII centenario de la colocación de la primera piedra de la Seo burgalesa. Este 2020 será un año duro. El templo estará cerrado al visitante durante tres meses y, luego, se abrirá condicionado, así que eso tiene su impacto económico.

Las previsiones que se manejan apunta a mantener un 40% de las visitas que albergó la Catedral el pasado 2019, y que ascendieron a 371.800 personas. Eso sí, siempre que haya una evolución favorable y que no toque volver a cerrar en otoño por un rebrote de la covid-19. Lo que ya tienen claro es que cambiará el perfil del visitante, aumentado la presencia de españoles frente a los extranjeros. «Va a ser un reto importante», asegura Larrea, pero se asume con ilusión.