«La Virgen de la Calle es una fiesta especial»
ESPECIAL MUNICIPALISMO. EL PATRIMONIO INMATERIAL DE CASTILLA Y LEÓN ·
«Nos alegramos cuando una novia decide casarse en Micieces de Ojeda, porque todavía se hacen las enramadas»Secciones
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ESPECIAL MUNICIPALISMO. EL PATRIMONIO INMATERIAL DE CASTILLA Y LEÓN ·
«Nos alegramos cuando una novia decide casarse en Micieces de Ojeda, porque todavía se hacen las enramadas»JAVIER FRAILE CUBILLO. ALCALDE DE MICIECES DE OJEDA
Sábado, 5 de junio 2021, 09:13
Aún conservamos algunas tradiciones en Micieces de Ojeda a pesar de que cada vez quedan menos jóvenes en el pueblo. Una de las más bonitas es la de las hogueras de la víspera de la Virgen de la Calle. La noche del 20 al 21 de noviembre, los mozos salen a buscar leña y luego encienden una hoguera. Allí nos reunimos luego los vecinos para hablar y compartir y tomar un buen chocolate caliente, hecho sobre las ascuas de la hoguera. Es un día muy especial para nosotros, que aún vivimos con muchas ganas y alegría.
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Al final estas tradiciones nos las dejaron nuestros padres y nosotros nos esforzamos para que no desaparezcan. Por eso mantenemos en pie los molinos y la fragua. Porque representan el pasado, lo que fue Micieces de Ojeda y los oficios que aquí se hacían. En el mundo rural casi todo el mundo era autosuficente. Teníamos nuestras cuatro vacas para las labores del campo, nuestra huerta y unas pocas ovejas para la carne. Y por eso estaba el molino y la fragua. En el molino se molía el grano para los animales y en la fragua se podía arreglar cualquier apero.
JAVIER FRAILE
Y es importante que los más jóvenes conozcan este pasado y puedan entenderlo porque solo así seguirá el pueblo adelante. Por eso nos alegramos cuando una novia decide casarse aquí. Suele ser hija o nieta de alguien del pueblo y ese día es de fiesta. Aún se enraman las casas de las novias con ramas de abedul y romero. Luego tomamos el vino dulce y la merienda en una tradición muy ligada al pueblo. Como lo era la de tocar las campanas la noche de Santa Brígida. Primero cenaban juntos todos los mozos, que habían pasado antes por las casas para pedir para la cena. Cada casa les daba un huevo, o una patata, o lo que fuera. Y después de cenar tocaban las campanas una y otra vez. Esta tradición ya se ha perdido porque ya no queda gente joven que la mantenga. Y es una pena porque era muy bonito escuchar esas campanas.
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Por eso quiero invitar a todo el mundo que no nos conozca a que se acerque hasta nuestro pueblo. Porque aquí va a encontrar a unos vecinos acogedores, que cuidan de sus tradiciones y de su pueblo. Y se acercan por San Lorenzo, les invitaremos a la pancetada que celebramos. Así que no se lo piensen, aquí les esperamos.
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