«Los pequeños pueblos tratamos de conservar lo que nos identifica»

Los pequeños municipios, como es el caso de Megeces, pese a la despoblación sufrida durante los últimos decenios hemos tratado siempre de conservar aquello que más nos identifica y por ello llevamos como santo y seña de nuestro pueblo allá donde vamos. En nuestro caso, siempre hemos tenido a gala tener como patrimonio inmaterial las celebraciones festivas invernales.

Fiestas que arrancan los primeros días de febrero con la festividad de nuestra patrona Nuestra Señora de las Candelas, al día siguiente San Blas, dos días después la multicolor y bulliciosa fiesta de Santa Águeda que tiene como protagonistas a las mujeres y para concluir el primer día del mes de marzo el Santo Ángel de la Guarda, esta última promovida por la más que centenaria Asociación La Fe de Socorros Mutuos de la Clase Obrera de Megeces.

Fiestas, pese al frío, marcadas por la tradición que comienzan con pasacalle, misa en honor a quienes están dedicadas, continuando con la tradicional procesión al son de la dulzaina y el tamboril por las calles del municipio, reuniones en las que no falta la degustación de ricos manjares, y concluir con animadas sesiones de baile hasta la madrugada.

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