«Merece la pena disfrutar el rico patrimonio de Nava»

Nava del Rey cuenta con un importante patrimonio histórico y vernáculo que debe su existencia, entre otros factores, a la producción de vino añejo en siglos pasados. Las más de 400 bodegas que horadan el subsuelo así lo atestiguan.

Edificios religiosos como el templo parroquial de los Santos Juanes; conventos de los Sagrados Corazones, Redentoristas y Terciarias Franciscanas; ermita de la Concepción; Iglesia Penitencial de la Vera Cruz o construcciones civiles como la Casa Consistorial, numerosas viviendas blasonadas o el Pozo de Nieve –único en la provincia– son testigos y señas de identidad del singular legado histórico-artístico de la localidad.

A todo ello cabe sumar un más que interesante patrimonio inmaterial ligado principalmente a sus tradiciones, donde sobresalen las fiestas de La Función (en el mes de mayo) y La Bajada y Subida de Nuestra Señora de la Concepción, Virgen de los Pegotes (noviembre y diciembre), esta última declarada de Interés Turístico Nacional, unas manifestaciones marianas que articulan anualmente la devoción por la Inmaculada Concepción.

La recreación de La Siega, jornada festiva veraniega, nos acerca a las raíces, a la agricultura que curtió un calendario pretérito cuya huella –ligada a las cosechas– aún pervive en el día a día de Nava del Rey. Las históricas procesiones de Semana Santa y las fiestas mayores de Los Novillos (septiembre) completan este ciclo festivo.

En definitiva, un rico patrimonio que, unido a su gastronomía, merece la pena conocer y, en definitiva, disfrutar, en mayúsculas y en toda la extensión de la palabra, porque las difíciles circunstancias que estamos viviendo pasarán y Nava del Rey te estará esperando, siempre.

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