Ágreda: costumbres y vestigios de tiempos medievales

Su situación geográfica le ha llevado a salvaguardar muchas tradiciones del Medievo y, durante siglos, vivir como que el tiempo no hubiera pasado. En Ágreda todavía conservan algunas costumbres y vestigios de aquella época.

Tradiciones que se acompañan, además, de un gran trabajo para la recuperación de su ingente patrimonio inmaterial en todas sus vertientes. La puesta en valor de palabras que están cayendo en desuso, canciones antiguas, bailes y folclore, además de personas influyentes y hechos significativos.

En Ágreda destacan las fiestas de San Miguel Arcángel, declaradas como Festejo Tradicional Taurino de Castilla y León. El día 28 de septiembre se pone en escena en las calles una representación repleta de tradición y colorido, la Quema de los Diablillos. Unos muñecos de tela y armados por alambre que portan textos o coplillas en tono de humor que resumen aspectos acaecidos a lo largo del año. En su interior se colocan elementos pirotécnicos que estallan, a medianoche, en el momento de la quema. La tradición marca que con ello arden las envidias, los malos humores y los rencores. Al día siguiente dan comienzo las celebraciones con encierros de reses bravas, capeas, charangas y verbenas.

En la localidad toman relevancia también las fiestas en honor a la Virgen de los Milagros, patrona de la villa, el sábado anterior al Corpus. Su romería es una de las de mayor raigambre popular, contando con numerosos devotos.

Es obligatorio apuntar también citas como San Blas el 3 de febrero o la Cruz de Mayo el día 3 de ese mes. En ambas se celebra el Día de la Tortilla. Desde tiempo inmemorial, se conserva la tradición de la bendición de panes que, acompañados de tortilla de patatas con chorizo y torreznos, más una naranja de postre, se degustan junto a amigos o familiares.

Además, el primer sábado del mes de marzo es tradicional celebrar la hoguera en la plazoleta del Barrio Moro, en honor a la Virgen de los Desamparados. En Semana Santa se presume de contar con un acto de gran originalidad, único en Castilla y León y declarado de Interés Turístico. El Viernes Santo se sigue un riguroso protocolo conservado desde siglos atrás. Destaca la profundidad con que la siente y vive esa fecha la cofradía de la Vera Cruz, fundada en el año 1556, a cuyos miembros se les denomina 'felipecuartos' por la inspiración de su atuendo en el del propio rey.

La siembra del cardo rojo de Ágreda es otro procedimiento exclusivo trasladado generación tras generación. Una labor muy costosa, ya que hay que levantar una pirámide de tierra de aproximadamente metro y medio de altura, necesaria para que proteja los cardos de las heladas y les aporte el sabor y el color que los hacen únicos en su especie.

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