El Leganés arrolla al Burgos en El Plantío

No se antojaba un partido sencillo para los hombres de Calero, que tras el empate frente al Cartagena habían dicho prácticamente adiós a cualquier opción matemática de luchar por el play off.

Y es que, enfrente se presentaba un Leganés que aspiraba a certificar la salvación tras una temporada llena de altibajos. Los pepineros, llamados de inicio a pelear por la zona noble, no habían terminado de encontrar su lugar en la competición y llegaban a la recta final del campeonato con la cabeza fuera del agua por muy poco, pero con un equipo ordenado, con ideas y carácter. O al menos, con más orden, ideas y carácter que el Burgos.

De hecho, el conjunto madrileño saltó al césped de El Plantío con un punto más de concentración. Apenas se habían disputado unos minutos cuando Karrikaburu aprovechaba un inoportuno resbalón de Córdoba para controlar en el corazón del área y probar a Caro con un disparo por bajo. El cancerbero onubense respondía como es habitual en él, desviando el balón hacia la línea de fondo, pero la estirada acabó pasándole factura. Y es que, minutos después, tuvo que retirarse lesionado mientras Dani Barrio se enfundaba los guantes por primera vez en mucho tiempo.

Cierto es que en ese impás, el Burgos incomodó al Leganés, aprovechando la movilidad entre líneas de Mumo y Curro y la profundidad de Fran García y Areso por las bandas. Sin embargo, los tímidos acercamientos del conjunto blanquinegro acabaron sin premio y el Leganés fue ganando metros poco a poco con Arnáiz y Karrikaburu moviéndose con inteligencia en la zona peligrosa y aprovechando la indecisión defensiva de un Burgos demasiado gris.

El propio Arnáiz probó fortuna con un libre directo y con un zurdazo al palo largo que no encontraron portería. Sí lo encontró Cissé, que en el 38 aprovechaba un error en el despeje de Córdoba para plantarse ante Barrio, recortar al portero con muchísima calidad y poner el balón en el fondo de la red.

El gol del francés cayó como un jarro de agua fría sobre el Burgos, que acabó perdiendo el norte en la recta final de la primera parte, concediendo demasiadas facilidades en defensa para que Arnáiz se llevara un rebote dentro del área y anotara el segundo justo antes del descanso.

A Calero no le gustaba lo que estaba viendo y en el descanso introdujo hasta tres cambios, dando entrada a Valcarce, Atienza y Mourad con el objetivo de buscar mayor dinamismo y seguridad en el juego del equipo. Y las primeras impresiones fueron favorables. No en vano, el Burgos regresó de vestuarios mucho más metido, con Valcarce muy activo en tres cuartos y consiguiendo mayor presencia en campo rival.

Sin embargo, el cuadro blanquinegro volvió a pecar una vez más de falta de pegada en la zona ofensiva y poco a poco su dominio se fue diluyendo ante un Leganés cada vez más cómodo sobre el campo.

En ese escenario, el cuadro pepinero, muy seguro en la zaga y vertical en el despliegue, no tardaría en sentenciar definitivamente el choque. En el 68, Arnáiz se sacaba de la chistera una volea a bocajarro que Dani Barrio rechazaba como podía, pero el rebote le caía franco a Cissé para que el francés metiera la puntera y marcara el tercero de la noche.

Para entonces, el partido ya estaba totalmente decidido. Quedaba por ver si el Burgos era capaz de, al menos, maquillar el resultado tras un partido muy gris. Pero no hubo opción. Cierto es que los hombres de Calero lo intentaron, pero su presencia ofensiva se redujo a un puñado de internadas, alguna acción individual de Curro y un disparo seco de Mourad que se estrelló en el larguero en la recta final.

Al final, una derrota que deja un agrio sabor de boca en la parroquia blanquinegra, que ve cómo a su equipo parece habérsele gastado la gasolina en el último tramo de la temporada.